El arte contemporáneo
FRANCISCO CALVO SERRALLER
10 octubre, 2001 02:00No estoy seguro de que la claridad sea la cortesía del filósofo, pero creo que la del historiador es la complejidad. Por eso Calvo Serraller propone un recorrido, desde finales del siglo XVIII, para ir señalando los jalones que desmantelaron el concepto tradicional del arte hasta hoy. En el Laocoonte de Lessing, publicado en 1761, se proclama la inadecuación al arte visual del principio horaciano Ut pictura poiesis, es decir, se afirma la necesidad de que la pintura se guíe por reglas diferentes a las de la poesía. Es el principio del fin de los contenidos narrativos del cuadro. El clasicismo, que había guiado el arte occidental desde el Renacimiento, entra en crisis y abre así un horizonte de enormes transformaciones. En una primera etapa, que llega hasta el impresionismo, se subvierten los contenidos tradicionales del cuadro, y en la segunda, cuyo clímax sería el movimiento cubista, se altera el lenguaje pictórico. La asimilación social de las vanguardias termina con su razón de ser, siendo sustituidas por tendencias de moda.
El arte contemporáneo tiene algo de manual y algo de ensayo, pues combina el sistema expositivo del primero con un impulso argumental que busca en los sucesivos capítulos los escalones para su desarrollo. Calvo Serraller dedica cuatro páginas a Jaques-Louis David, tres a Géricault, un párrafo a Beuys y otro a Warhol. Su centro de gravedad está colocado en los orígenes más que en el presente del arte contemporáneo. Creo que este planteamiento es eficaz para hacernos comprender las causas profundas de las transformaciones de éste, pero echamos de menos un análisis más amplio de sus últimas manifestaciones.