Image: Historia de la escritura

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Ensayo

Historia de la escritura

LOUIS-JEAN CALVET

17 octubre, 2001 02:00

Paidós, 2001. 263 págs., 2.700 ptas. Harald Haarmann. Historia Universal de la escritura. Gredos. 630 págs., 6.988 ptas.

Los orígenes, evolución, modos y maneras de la escritura constituyen todo un género en los estudios de historia cultural. Un veterano género que, a menudo, desborda los propios márgenes técnicos que el tema impondría para adentrarse en aspectos de historia -incluso prehistoria- general, sociología, etnología y, en fin, muy variados saberes, pues los registros escritos son restigos de una forma de creatividad genuinamente humana y, por lo mismo, compleja.

Harald Haarmann y Louis-Jean Calvet dedicaron sendos libros a la historia de la escritura publicados, respectivamente, en 1990 y 1996, cuyas versiones en español aparecen ahora a la par en excelentes traducciones y adaptaciones de Jorge Bergua para el libro de Haarmann y de Javier Palacio para el de Calvet.

Si bien los libros de Haarmann y Calvet hacen acopio de estos múltiples saberes y mucha de la información básica contenida en ellos coincide -incluido el material gráfico, representación de alfabetos, mapas-, los lectores deben saber que se hallan ante dos libros que enfocan la historia de la escritura desde perspectivas diferentes, ninguna de las cuales entra en lo que comúnmente entendemos por divulgación.

La historia de Haarmann es, probablemente, la más exhaustiva que ahora disponemos sobre el tema. Hace un recorrido completo por el tiempo y el espacio de la escritura y reúne datos y conocimientos que hasta ahora andaban muy dispersos en bibliografías especializadas, así que la obra se constituye en una genuina enciclopedia de las formas de representación escrita. Calvet, sin embargo, se ciñe a una presentación más informativa y menos erudita, con datos condensados -nunca incompletos- y, frente al carácter de sólido manual universitario que ofrece el libro de Haarmann, el de Calvet se nos presenta, más bien, como un discurso reflexivo sobre las formas de escritura a lo largo del tiempo y en diferentes culturas.

Haarmann no ha escrito, sin embargo, un manual al uso, sino que contiene novedades importantes respecto a los manuales clásicos: a diferencia de estos, se hace una descripción de las distintas fases evolutivas de la escritura, desde las más primitivas, cuando los signos gráficos todavía no se asocian a la pronunciación, hasta las cronológicamente más modernas, cuando los signos alfabéticos corresponden a sonidos concretos. No hay que entender por esto que las fases evolutivas de la escritura se hayan cumplido regularmente a lo largo del tiempo, a modo de avance histórico general, en todas las regiones del mundo, sino que la evolución depende, no del tiempo en sí, sino de los contactos interculturales de las civilizaciones (esto explica algo tan obvio como que hoy puedan coexistir en el mundo sistemas escritos de fases evolutivas distintas). Aproximadamente, ésta es la orientación que sigue Calvet, entre cronológica y comparativa, dando la importancia que se merece a los contactos interculturales, la trasmisión o mezcla de usos y, en fin, la historia sociológica de las formas de escribir; si no da el aporte de datos característico de Haartamann, la claridad de las explicaciones, la síntesis de conceptos y la oportunidad del material gráfico compensan la erudición.
Haarmann avisa sobre ciertas consideraciones respecto a la historia de la escritura a las que nos habíamos acostumbrado (y que todavía se pueden leer en manuales más o menos rigurosos), pero que conviene, a su juicio, ir olvidando, como que el sistema más antiguo de escritura fuera inventado hace unos cinco mil años en Mesopotamia, que surgiera como una mera consideración práctica para aligerar la administración del Estado o la vida económica, que solo deba hablarse de escritura a partir de la utilización del signo gráfico como trasunto del sonido o que el alfabeto proceda de Egipto por adaptación y difusión de los fenicios.

En este sentido, Haarmann da un interesante repaso a ideas que se han trasmitido por costumbre y que deberían reconsiderase. En algunas de estas consideraciones, Calvet coincide con Haarmann -sobre todo en el primer capítulo de su libro La escritura antes de las letras-, de modo que ambos se aúnan a la hora de ampliar el registro de lo que habitualmente consideramos como "escritura" y, de esta manera, son muchas las formas de representación gráfica, algunas propias de la prehistoria, otras de culturas que habíamos considerados ágrafas, que pasan a formar parte de nuestro acervo escrito. Posiblemente, aquí se encontrarán algunas de las consideraciones sobre el tema que más sorprendan a quienes no estén acostumbrados a él.

Sin embargo, hay ocasionales discrepancias teóricas entre uno y otro libro, de modo que Calvet no parece aceptar todas las consideraciones novedosas que Haarmann expresa, en particular, las que se refieren a los orígenes de la escritura cuneiforme o algunos aspectos de la transmisión del alfabeto. No son, sin embargo, discrepancias que hagan a ambos libros incompatibles o que puedan desviar severamente la información del lector en uno u otro terreno según la obra que consulte. Independientemente de sus enfoques distintos -más erudito y exhaustivo el de Haartmann, más informativo y sintético el de Calvet- se trata de dos obras interesantes y valiosas, con una presentación editorial muy atractiva e impecablemente adaptadas para los lectores de lengua española.