Image: El reñidero de Europa

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Ensayo

El reñidero de Europa

ENRIQUE MORADIELLOS

12 diciembre, 2001 01:00

Enrique Moradiellos. Foto: Mercedes Rodríguez

Península. Barcelona, 2001. 302 páginas, 2.700 pesetas

Pocos temas como la Guerra Civil española han despertado tanto interés entre los historiadores nacionales y extranjeros. A pesar de lo mucho escrito, a veces nos encontramos con agradables sorpresas, como este reñidero que nos ofrece uno de los mejores historiadores españoles de su generación. No es ésta la primera ocasión en que Moradiellos centra su atención en los aspectos internacionales de la guerra. En 1990 publicó Neutralidad benévola: el gobierno británico y la insurrección militar española de 1936, al que siguió El gobierno británico y la guerra civil española, en 1996, obras que representaron un importante avance en el conocimiento de la política británica hacia España durante aquellos años. Con esta obra Moradiellos abandona la perspectiva bilateral para afrontar un estudio general de la dimensión internacional de la guerra. No son las novedades lo que más impresiona en este nuevo trabajo, sino el tratamiento de las fuentes y su redacción. Tanto Moradiellos como otros destacados profesionales habían avanzado mucho de lo que aquí encontramos, pero pocos han llegado a exponerlo con tanto rigor y sentido de la medida. Estamos ante una de las mejores obras españolas sobre historia de las relaciones internacionales.

El interés del tema es grande. Corresponde a uno de los pocos momentos en que España ha sido objeto de máxima atención por parte de la comunidad internacional. El fracaso de la II República y el desencadenamiento del conflicto civil ponía en evidencia la crisis del liberalismo y del orden internacional establecido tras la I Guerra Mundial y constituía una amenaza para la paz continental. La clave de lo que posteriormente ocurrió estuvo en el análisis que la clase dirigente británica, en especial la conservadora, hizo de las amenazas a su propia seguridad. Ante la emergencia de totalitarismos de distinto signo, llegaron al convencimiento de que el comunismo, al atentar contra el sistema parlamentario desde una perspectiva internacionalista, era el que suponía un mayor riesgo.

En este marco, la guerra civil resultaba una amenaza para los fines de la diplomacia británica. El levantamiento militar y los lazos que el gobierno franquista estableció con los regímenes fascista y nazi movilizaron a las opiniones públicas, en especial a los sectores más izquierdistas, en favor del bando republicano. Sin embargo, para el gobierno británico hacía tiempo que la República había dejado de representar una opción democrática. La posibilidad de que España cayera bajo el control del comunismo -poniendo en peligro las inversiones británicas en España, los flujos comerciales y la circulación marítima por el Estrecho- preocupaba en Londres. Entre Franco y Largo Caballero la opción por el primero fue clara, aunque no pública. Limitando la ayuda militar a la Republica no sólo se favorecía el triunfo de los militares, sino que se evitaba una guerra con Alemania, que podría devenir en Mundial convirtiendo al Reino Unido en aliado de la Unión Soviética.

El Comité de No Intervención fue el ingenio diplomático arbitrado por los británicos para canalizar apropiadamente este conjunto de tensiones. El gobierno francés hallaba en él la "solución" a la contradicción en que vivía, tratar de evitar el desencadenamiento de un conflicto con Alemania para el que no estaba preparado y, al tiempo, no abandonar al gobierno republicano en su lucha contra el fascismo. Con Alemania e Italia se establecían unas normas mínimas para que pudieran seguir haciendo lo mismo, es decir seguir interviniendo en favor del bando franquista, pero sin provocar una crisis internacional. Reino Unido consiguió afianzar a Franco en el poder, pero fracasó en su intento de llegar a un acomodo con la Alemania Nazi, perdiendo parte de su prestigio. Las "políticas de apaciguamiento" ensayadas por Chamberlain resultaron estériles.

La Guerra Civil representa un importante capítulo de los orígenes de la II Guerra Mundial. Su dimensión internacional es fundamental para poder comprender el papel jugado por el régimen de Franco en aquellos años y el aislamiento internacional al que fue sometido tras el fin del conflicto. Un período apasionante al que ahora podemos acercarnos gracias a un libro de excepcional calidad, resultado de años de investigación y de un excelente oficio.