Cuando la realidad rompe a hablar
Manuel Cruz
27 febrero, 2002 01:00Las experiencias que hablan por boca de nuestro autor son, desde luego, muchas. Y en todas ellas late el eco de nuestras propias experiencias: históricas, políticas, culturales, estéticas, vitales... Agavilladas, ciertamente, en una nada forzada unidad plural por el ojo que ha sabido "verlas" y la palabra que ha conseguido objetivarlas. Todo esto hace de este volumen -en el que destacan semblanzas de maestros como Sacristán o Lledó y calas en el pálpito profundo de ciudades como Barcelona o Buenos Aires- una suerte de crónica de nosotros mismos. De las expectativas, solidaridades, renuncias, acomodos, fracasos y nostalgias de una generación a la que tocó vivir años decisivos de la historia de España. Una crónica escrita unas veces desde el distanciamiento, otras desde la pasión, otras desde la ironía más o menos amarga. Y también algo más: una suerte de materiales para esa antología del presente que ese mismo presente que ahora comienza a declinar reclama una y otra vez.
Todo parece quedar muy lejos. Pero también es cierto que la memoria del pasado, ese que habita en el presente y que junto con él moldeará el futuro, debiera servirnos para conocernos mejor. Para conocernos "tal como somos y tal como éramos".