Image: La cultura como praxis

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Ensayo

La cultura como praxis

Zygmunt Bauman

26 junio, 2002 02:00

Zygmunt Bauman

Paidós. 374 págs

La sociedad individualizada. Cátedra. 279 págs., 18’50 euros. La posmodernidad y sus descontentos. Akal. 256 págs., 16’20 euros. Trabajo, consumismo y nuevos pobres. Gedisa. 155 págs., 13’16 euros. La globalización: consecuencias humanas. FCE. 171 pàgs.

Recientemente se ha traducido un libro de Ian Hacking cuyo título, más que una pregunta retórica, constituye una brillante ironía: ¿La construcción social de qué? La ironía es traducible en los siguientes términos: vivimos en "la sociedad de la sociedad"; sociedad se ha convertido en significante despótico por antonomasia.

En nuestra sociedad todo es socialmente construido: los dioses y la pobreza, la sexualidad, la enfermedad, el género, la corrupción. Quiere esto decir que el sociólogo, nominalmente encargado de interpretar los arcanos de lo social, se ve comprometido en una tarea excesiva: hablar de aquello que se erige en fundamento de todo.

Los padres fundadores de la teo-ría social (Marx, Comte, Weber, Durkheim...) respondieron al reto con estimulantes teorías de conjunto. Hoy tal vez no sea posible asumir semejante responsabilidad.

Zygmunt Bauman no presume de tener una tal teoría, un cuerpo cerrado de doctrina capaz de aplicarse a todos y cada uno de los ámbitos en los que lo social se despliega y opera. Creo, sin embargo, que su aportación a la teoría social y a las ciencias de la cultura es una de las más estimulantes de cuantas se están produciendo en este momento: no tanto por la articulación del conjunto sino por la fina y exacta, por la soberbia observación e interpretación de los detalles.

La fama le ha llegado tarde a este profesor emérito de las universidades de Leeds y Varsovia, descubierto por el fino olfato de Anthony Giddens y promocionado por él. En castellano, teníamos desde hace años una pequeña obra suya (Libertad, 1992) y uno de sus trabajos más penetrantes y originales (Modernidad y holocausto, 1997).

En los dos últimos años se han traducido a nuestro idioma cinco obras de Bauman: el mero repaso de los títulos da cuenta de la ambición intelectual de este genuino observador, de este fino intérprete de amplia cultura, grandes conocimientos e innegable sensibilidad. Quizá Bauman no tiene en su mano las soluciones para todos los problemas de las sociedades complejas (no se trata, obviamente, de una imputación); pero sí es capaz de percibir todos esos problemas: modernidad, posmodernidad, globalización, cultura, sociedad, trabajo, consumo, pobreza... El elenco completo de las palabras-clave, o de los conceptos-fetiche, de las ciencias humanas y sociales está censado en los títulos de los libros que aquí comentamos.

Junto a esas palabras-clave, partes del problema y objetos de interpretación y crítica, hay en los textos de Bauman cuatro categorías que, a juicio de quien esto escribe, conforman el núcleo del arsenal teó-rico del autor: contingencia, incertidumbre, ambivalencia y riesgo.

Las sociedades complejas serían interpretables en términos de articulación y gestión de esas cuatro categorías, bien alejadas de la certeza de los pronósticos, la seguridad de las previsiones, que caracterizaron a las primeras teorías sociológicas, a las sociologías de la sociedad moderna.

Las sociedades posmodernas (Bauman no desdeña el adjetivo) se caracterizan por el alto grado de contingencia, incertidumbre, ambivalencia y riesgo que introducen en todos los aspectos de su auto-producción, en todos los ámbitos de su realización. Tanto las narraciones que dan cuenta de nuestras vidas individuales como los relatos colectivos que configuran y desfiguran identidades culturales o políticas, tanto las historias locales (comunitarias, nacionales...) como la macro o metahistoria global están múltiplemente afectadas por la inquietud, por la inseguridad que se percibe en esas cuatro categorías: tal inquietud puede ser tematizada como decadencia o crisis de valores, o como pérdida de referentes de sentido; tal inseguridad puede generar reacciones excesivas que toman forma de políticas represivas, fundamentalismos de toda índole, autoafirmaciones narcisistas individuales y colectivas, renovados dogmatismos o innobles programas de administración biopolítica.

La sociología de Bauman -con un toque simmeliano en la observación y en algunos rasgos de la exposición- es una diestra guía para quien desee orientarse en las múltiples provincias de ese continente incierto que es la sociedad actual.