Image: El cerebro: manual de instrucciones

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Ensayo

El cerebro: manual de instrucciones

John Ratey

17 julio, 2002 02:00

John Ratey

Mondadori. Madrid, 2002. 512 páginas, 20 euros

Profesor de Psiquiatría en la Universidad de Harvard, John Ratey dirige el Departamento de Investigación en el Medfield State Hospital de Massachussetts. Es autor de un par de libros sobre trastornos del comportamiento y las zonas ocultas del mismo: TDA: controlando la hiperactividad (Paidós) y Nuestras zonas ocultas (Javier Vergara). Ahora ofrece un manual de instrucciones del cerebro, que sigue siendo un desconocido. La crítica de este libro de Ratey en Kirkus Reviews lo advertía: "Este mapa dibuja la topografía de este año, sujeta a cambios y correcciones".

Muchas veces lo he dicho y lo he escrito. Las ciencias del Cerebro representan hoy una nueva perspectiva, una perspectiva de frescura intelectual, con la que enfocar al hombre y por tanto a nosotros mismos. Y no sólo por supuesto al hombre como ente biológico, sino como ser moral, religioso y social. Así lo cree también el profesor Ratey.

Comparto plenamente el aserto del autor de este libro que quiero comentar cuando dice que la neurociencia no sólo "se extiende a campos tan diferentes como la antropo- logía, la filosofía, la lingöística y la psicología..." sino que nos acercará de forma más firme a que "cambie para siempre la manera en que pensamos de nosotros mismos... y consecuentemente con ello no solo se transformará nuestro mundo sino también a nosotros mismos". Lo dijo Zeki: "Es sólo a través de un conocimiento de la Neurociencia que los filósofos del futuro pueden tener la esperanza de hacer una contribución significativa a la comprensión del hombre y de la mente".

El impacto que estos nuevos conocimientos aportan hace que aparezcan libros, hablando del cerebro, enfocados desde las más varias disciplinas y perspectivas, aparte la propia Neurociencia.Escrito por un profesor de psiquiatría, este libro, muy bien escrito y amenizado por anécdotas y analogías extraídas del propio autor o de sus pacientes, actualiza en clave de divulgación y fácil acceso nuestros conocimientos sobre el cerebro, de forma que no refiere a datos que vayan más allá de lo puramente descriptivo. Aporta una interpretación de cómo funciona el cerebro muy actualizada y una bibliografía muy seleccionada de los libros que, aun siendo ellos mismos de divulgación, están escritos de primera mano por los científicos que han aportado e interpretado en su raiz los resultados obteni- dos en el laboratorio. He dicho un libro muy actualizado y lo es. Pero ello me lleva a añadir que la Neurociencia es una ciencia en constante y profundos cambios en cortos periodos de tiempo. En verdad que tales cambios son a veces avances tan vertiginosos que replantean algunos de los temas claves que hasta hacia poco teníamos por sólidos. Por ejemplo, el propio autor dice "Hay cien mil millones de neuronas en un solo cerebro humano, y unas diez veces más otras tantas células que no tienen un papel computacional". Hoy, ahora mismo, este aserto está equivocado. En el funcionamiento de circuitos específicos del cerebro y por supuesto en la "computación" global de los circuitos que codifican para las así llamadas funciones superiores el cerebro ahora sabemos que no sólo son importantes las conexiones neuronales confinadas a una sinapsis (uniones de las neuronas) sino que extracelularmente la interacción de neurotransmisores juegan un papel muy importante y en ello "las otras células (astrocitos) que "parecían" no tener un papel computacional. Hoy ya no hablamos de un cerebro "físico o eléctrico" sino también y junto a ello de un cerebro "químico o húmedo".

Todo ello nos lleva, por cierto, a ir relegando la idea de que el cerebro tiene funciones que se elaboran como lo haría un ordenador. El cerebro no es un ordenador ni máquina alguna que se le asemeje. Entre otras cosas porque el cerebro de cada ser humano es único y diferente, conexionado de modo diferente, cambiante en el tiempo, hacedor de sus propias conexiones e historia y portador de una memoria en su hacer y quehacer de más de 500 millones de años tan intrincada como desconocida para cualquier neurobiólogo y menos para un ingeniero.

Lo que el lector puede esperar de este libro es un enfoque ameno, fácil y siempre acudiendo a casos o cosas que proyecten finalmente a la medicina. En este sentido es una lectura grata y positiva. Nadie puede esperar de este libro muchos datos sobre el cerebro o cómo funciona más allá de la interpretación que el autor ha hecho así mismo de otros libros de divulgación de los propios neurocientíficos.

Con todo, es una visión bastante rigurosa de cómo la Neurociencia contempla actualmente cómo funciona el cerebro. Una nota sin embargo de divergencia con este libro al hablar de cómo funciona el cerebro. El cerebro humano, el del mamífero en general, no funciona empezando por la percepción, es decir, a partir de lo que se ve, se oye o se huele. El cerebro humano comienza su funcionamiento desde dentro, difiriendo una vez más del funcionamiento de cualquier ordenador. Comienza con la emoción. Sólo cuando estamos "emocionalmente encendidos" el mundo externo, el mundo perceptivo, adquiere significado. Sólo vemos u oímos aquello que tiene interes para nosotros. Y ese interés nace en nuestro interior antes que en el mundo exterior (hambre, sed, sexualidad, juego y más allá la ciencia y el pensamiento). Ya lo decía Goethe: "sólo se puede conocer aquello que se ama".