Horacio Vázquez Rial. Foto: M.R.

Advierte el autor que cuando estaba redactando este ensayo sobre la decadencia de las acciones y actitudes de la izquierda, cambió su rumbo a raíz del 11 de Septiembre, que "puso en evidencia a todo el mundo".

Esa izquierda, a la que se divisaban hace tiempo sus taras, a su juicio quedó definitivamente retratada en el campo de la reacción con sus "explicaciones" sobre la acción terrorista. Vázquez-Rial compone el libro a partir del estudio de tres elementos. El primero es el conjunto de posturas que caracterizan a la izquierda real, lo que él denomina síndrome. El segundo se refiere a los mitos sobre los que se basa la mencionada actitud. Por último, el enfoque que supone el 11S sobre la política internacional y su influencia a la hora de despejar definitivamente la nebulosa de progresismo romanticoide en la que se envolvía la izquierda, una suma de pereza mental y retórica vacua.

Entre lo más destacado del síndrome aparecen las siguientes características: antiamericanismo y antisemitismo, la renuncia a las noción de proceso, el multiculturalismo, el nacionalismo, la manipulación de la historia y la memoria y el desconocimiento de la realidad moral y del sentido que tiene lo privado. Los mitos que fundamentan estas actitudes son: el del comunismo, ignorando que lo que se desarrolló en la URSS fue un sistema capitalista autárquico; el de la Guerra Fría vista como un combate soterrado entre modos de producción y no, como fue, de distintos niveles de desarrollo; el de la revolución como cambio brusco y definitivo sin evaluar las consecuencias; y el del imperialismo en un solo país.

Lo más destacado de la obra es la atrevida tesis de que continúa la Guerra Fría, es decir, la lucha por la hegemonía mundial, establecida ahora entre Estados Unidos y Alemania, potencia dominante de la UE. El enfrentamiento alcanza ya tres décadas y ha tenido diversos escenarios en América Latina, Medio Oriente y Europa. Siguiendo a Vázquez-Rial, fruto de este enfrentamiento se encuentra, alentado por Alemania, el choque de civilizaciones, consistente en foca- lizar en EE. UU. e Israel el odio musulmán. El islam, que, siguiendo las conclusiones de Sartori, es imposible de integrar en las sociedades abiertas, constituye un modelo expansionista cuya concepción del mundo lleva a la represión y la miseria.

Las pruebas y argumentos que se proporcionan para sostener tan curiosa interpretación de la situación internacional son deficientes, por escasas e inconsistentes, y bien pueden ser orientados hacia interpretaciones alternativas, pero ahí están, pendientes de que el tiempo y el estudio los refuerce o acabe refutándolos.