Cuatro historias de la República

Julio Camba, Gaziel, Josep Pla, M. Chaves Nogales

El periodo inicial de la segunda República española (1931-1936) es, después del de la guerra civil, el que más ha atraido la atención de los historiadores que han investigado los dos últimos siglos de la vida española.

La bibliografía sobre el periodo resulta casi imposible de abarcar, tal vez como consecuencia de la atracción que siempre ha ejercido un periodo de acusado reformismo como fue aquel y una experiencia democrática que se vio rudamente interrumpida por la guerra y por la posterior dictadura franquista.

Quienes participamos, a finales de los 60, en la primera gran oleada de investigaciones sobre el periodo republicano sabíamos que no había casi archivos disponibles porque habían sido destruidos o estaban escondidos por miedo a las represalias. Hace un par de años aparecieron en Collado Mediano, escondidos en un falso techo, los papeles de Antonio Marsá Bragado, Fiscal General de la República con los gobiernos radicales de 1934 y, por lo tanto, en los procedimientos judiciales que siguieron al intento revolucionario de octubre de aquel año, inspirado por las izquierdas y por los nacionalistas catalanes. Es comprensible que Marsá no tuviera excesivo interés en que sus papeles estuvieran al alcance de cualquiera después de julio de 1936. Esta ausencia de archivos hizo que los investigadores nos volcáramos en las hemerotecas porque, frente a lo que parece sugerirse en la introducción de este libro, no solo no existe un sometimiento del periodismo hacia la historia sino que ésta apenas podría hacerse sin el extraordinario caudal informativo que proporciona la prensa.

Xavier Pericay ha vuelto ahora sobre ese extraordinario filón de la prensa para exhumar las opiniones que, sobre el periodo, expresaron cuatro grandes periodistas muy influyentes en la prensa política de aquellos años. Josep Pla (1897- 1981) fue corresponsal de La Veu de Catalunya en Madrid desde el mismo día de la proclamación de la República hasta la primavera de 1936. Fue también, durante los primeros meses de su estancia en Madrid, un agente político de Cambó. Otro periodista catalán incorporado a estas páginas es Agustí Calvet (1887-1964), que firmaba con el seudónimo Gaziel y que, durante los años de la República, fue el director del periódico barcelonés La Vanguardia hasta semanas después de comenzada la guerra civil. Ambos volvieron a España después del conflicto, aunque sólo Pla ocupó puestos de algún relieve en los inicios del nuevo régimen. Es curioso que no se dedique ninguna atención a la Historia de la segunda República española que Pla publicó en 1940. Los otros dos periodistas incorporados a esta antología son Julio Camba (1884-1962) que, hasta la proclamación de la República, había realizado una larga tarea de corresponsal en el extranjero, y Manuel Chaves Nogales (1897-1944), un periodista sevillano que estuvo durante esos años al frente de "Ahora", un moderno diario madrileño nacido casi a la vez que el nuevo régimen. Ambos han contado, además, con la suerte de contar con dos penetrantes prologuistas como son, respectivamente, Arcadi Espada y Andrés Trapiello.

Los textos que ahora se reúnen son, en el caso de Pla (Madrid. El advenimiento de la República) y Camba (Haciendo de República), reediciones de libros recopilatorios ya publicados en los años republicanos, mientras que en el caso de Chaves Nogales y Gaziel se ha hecho una recopilación de artículos políticos del periodo, especialmente valiosa en el caso de este último ya que se trata de la recuperación de una parte muy importante de su obra periodística que no había visto la luz hasta ahora, como señala Pericay en el prólogo específico que dedica a estos artículos, por el carácter fronterizo que representa un periodista catalán que escribía habitualmente en castellano. Los juicios que nos ofrecen son abiertamente críticos sobre el régimen republicano y, sin duda, este volumen forma parte de la extensa "biblioteca revisionista" aparecidos en los últimos años. En cualquier caso, la calidad literaria y la finura de las firmas convierten a este volumen en lectura apasionante, aunque compleja, y un testimonio de primera magnitud para conocer aquellos años y reflexionar sobre los presentes.