Fritjof Capra. Foto: Kate Mount

En 1975 apareció un libro de título sugestivo, El Tao de la Física que tuvo -a pesar de la complejidad de su planteamiento- una gran respuesta por parte de los lectores de todo el mundo.

Su autor, Fritjof Capra, un físico teórico de la universidad de Viena y en la actualidad director de un centro de investigación en Berkeley, había sustentado el éxito de su obra en dos aspectos: una mirada global -nada científica en principio- sobre la realidad y luego en hacer dialogar los últimos conocimientos físicos con las corrientes místicas orientales.

Su planteamiento -más propio de un poeta que de un científico- fue bien recibido por un tipo de lector cansado de la mirada analítica y reducionista de los científicos y pensadores de nuestros días, y deseoso de la valoración de una realidad global, en la que los problemas de todos -también del planeta Tierra-, no sólo se deben difundir sino solucionar. Un planeamiento arriesgado y total no extraño para el que esté familiarizado con cierto tipo de pensamiento que viene de muy atrás: de los presocráticos y, desde luego, del taoísmo esencial; una visión de un mundo de partículas -la continua danza cósmica de Siva- que no sabe de compartimientos estancos en el saber sino de una suprarrealidad.

El libro de Capra tuvo enseguida un sinfín de imitadores. Libros sobre el Tao de todo tipo de cosas y circunstancias se prodigaron, pero no con la oportunidad y el eco del libro de Capra. El lector encontrará el desarrollo de las teorías de este físico en los libros que siguió escribiendo, en los que ha ampliado y redondeado sus teorías, las cuales se puede fundamentar en una idea de otro científico de nuestros días, Werner Heisenberg, que Capra nos recuerda: que la historia más fructífera del pensamiento humano se nutre de ideas y culturas no que se enfrentan, sino que se interrelacionan fecundamente y de las surge el verdadero progreso.

Este "pensamiento no lineal" de Capra se expandió en otra de sus obras La trama de la vida, en la que estudia la complejidad de la vida humana, pero siempre a la luz de las interacciones. Ahora, la ciencia no dialoga con los aspectos místicos de la realidad sino con los sistemas sociales contemporáneos, llenos de riesgos en tantos de sus aspectos: globalización económica, agresión al medio ambiente, masificación, degradación de la calidad de vida, etc. El punto crucial y Sabiduría insólita fueron otras obras que ampliaron este "discurso fascinante" de Capra, su "revolucionario pensamiento a gran escala", como ha señalado la crítica.

Publica ahora Anagrama Las conexiones ocultas, libro en en el que, ya desde su título y su subtítulo ("Implicaciones sociales, ambientales, económicas y biológicas de una nueva visión del mundo"), nos plantea sus ideas de siempre, pero matizadas con otras nuevas y no menos sugestivas. Ahora Capra sustenta su libro en una idea de Václav Havel ("La educación es la capacidad de percibir las conexiones ocultas entre los fenómenos"). Para ello, vuelve a replantearse la naturaleza de la vida humana, ya desde esa "vida mínima" de las células y del ADN. "Burbujas de una vida mínima" que él ya valoró mucho en su primer libro.

Pero es la mente lúcida -la "consciencia" jungiana- la que afronta esa realidad invisible, pero enormemente influyente para la visión unitaria e integradora que persigue. Su "visión desde dentro" no duda ahora en abordar toda la realidad, desde los orígenes del lenguaje humano a la dimensión espiritual del hombre, concebida ésta no desde posiciones utópicas u ortodoxas, sino desde un realismo muy científico, pues, escribe, "pertenecemos al universo, él es nuestro hogar y este sentimiento de pertenencia puede conferir a nuestra vida un profundo sentido".

Pero Capra desciende de su visión macrocósmica para abordar con valentía lo más elemental, los microcosmos de una sociedad compleja. Analiza la realidad social, la vida actual y el liderazgo de las organizaciones, las redes del capitalismo y sus consecuencias. Y nos lo resume en una serie de cartas-mensajes, o fichero final de soluciones, con las que remodelar la vida. En realidad, este libro de Capra está lleno de un claro sentido común, como el de que "hagamos más con menos". Ese sentido común que los humanos han perdido en nuestros días para peligro y riesgo de todos y que Fritjof Capra nos ofrece desde la más osada y útil heterodoxia en el pensar.