Poder y terror
Noam Chomsky
2 octubre, 2003 02:00Noam Chomsky, por Grau Santos
Los últimos libros de Chomsky son tres denuncias minuciosas, documentadas y escalofriantes de la política exterior, los servicios secretos y la utilización imperialista del ejército de los Estados Unidos y de su socio Israel.Noam Chomsky nació en Filadelfia en 1928. En febrero de 1939 tenía once años e impresionado por la toma de Barcelona escribió un artículo en defensa de la República española. Esto lo cuenta Chomsky en Poder y terror, que aunque es el más reciente de estos tres volúmenes es el que conviene leer en primer lugar. Su contenido es una larga entrevista con John Junkerman, director de cine instalado en Tokio que, además de entrevistarle, rodó una película documental sobre Choms-ky de 75 minutos de duración a lo largo del año 2002. El contenido de las conversaciones transcritas se refiere a la biografía y las ideas políticas de Chomsky.
Catedrático del Departamento de Lingöística y Filosofía en el Massachussets Institute of Technology (MIT), Chomsky alcanzó notoriedad, ya en 1957, cuando publicó Estructuras sintácticas, un libro derivado de su tesis doctoral que ampliado y aquilatado en sucesivas publicaciones, dio lugar a la gramática generativa transformacional, una nueva perspectiva que dentro de la lingöística le ha dado a Chomsky un lugar significativo en la historia de la gramática.
El estudio analítico emprendido por Chomsky de los principios del lenguaje como totalidad, no como particularidad, levantó una tremenda polémica y marcó el principio del fin del conductismo y el asentamiento de los enfoques cognitivistas en lingöística, psicología, sociología e incluso en los modernos departamentos de neurociencia creados ya en los ochenta en universidades norteamericanas punteras.
Dos horas de lucidez es también un volumen de conversaciones. Los interlocutores de Chomsky son Denis Robert y Weronika Zarachowics, dos periodistas antiglobalización que desde la primera pregunta a la última dejan traslucir fervor por su entrevistado. El subtítulo que aparece en la portada es muy ilustrativo: "Ideario del último pensador rebelde del milenio".
En este volumen el contenido va desde las atrocidades bélicas acontecidas en Nicaragua, Panamá, Oriente Medio o Timor hasta una reflexión centrada en el manejo del poder por parte de los grandes centros de decisión. La manipulación de los medios de comunicación y la desinformación llevada a cabo de modo sistemático por parte de la televisión en relación con las noticias sobre la política exterior norteamericana constituye el meollo del libro. Frente a todo esto la receta de Chomsky es: mayor control por parte de la ciudadanía.
Piratas y emperadores es el libro más representativo del Chomsky comprometido con la izquierda internacional y muestra de modo más evidente lo que han sido sus últimos veinte años de activismo tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo. El subtítulo, también aquí en portada, refleja muy bien la intención del autor: "Terrorismo internacional en el mundo de hoy". El mensaje en el que convergen los nueve textos que componen el libro es directo, sencillo y va dirigido al corazón: Estados Unidos hace terrorismo más allá de sus fronteras. Israel hace terrorismo.
La primera edición de Piratas y emperadores salió en 1986 y la que ahora tenemos entre manos aparece con una introducción en la que se recoge una reflexión de Chomsky sobre la atrocidad cometida en Nueva York el 11 de septiembre del 2001. Tanto esta última como el resto del libro están escritos con un abundante apoyo documental.
Es evidente que la lectura de estos tres volúmenes produce una fuerte impresión en el lector. Es imposible evitar la sensación de horror ante el despliegue norteamericano de violencia. A la vez, es inevitable pensar que Chomsky sigue viviendo y enseñando en Boston sin necesidad de llevar guardaespaldas o esconderse. ¿En que otro lugar fuera de Estados Unidos podría hoy desarrollar su quehacer alguien tan brutalmente crítico contra la totalidad del sistema como es Chomsky? No muy lejos de donde yo vivo ya le habrían hecho la vida imposible o simplemente habrían quitado de enmedio a Chomsky.