Ensayo

La sonrisa americana

Xavier Mas de Xaxas

16 octubre, 2003 02:00

Mondadori. Barcelona, 2003. 384 páginas, 19 euros

No sé de ningún buen corresponsal que no haya sentido la necesidad de escapar de la crónica, la historia de cada día que nadie recuerda al día siguiente, y de dar permanencia al río de entrevistas, viajes, lecturas y descubrimientos de su experiencia en el extranjero. Camba, Lucientes, Daranas, Massip, Foxá, Tobío, Hermida, Cirilo y más recientemente Angel Zúñiga y Carrascal nos han dejado textos memorables sobre sus experiencias estadounidenses. En La sonrisa americana, Xavier Mas, corresponsal de "La Vanguardia" en los EE.UU. de 1996 a 2002, sigue sus pasos con acierto y brillantez. En ocho capítulos y un breve prólogo, analiza los ideales, sueños, espíritu y materia, cuerpo y alma, virtudes, defectos, conquistas, derrotas, olvidos y algunos que otros crímenes de los EE.UU. desde Payne a Bush hijo, pasando por Twain y cien autores más. Huye del anecdotario facilón que llena tantos libros, y, respaldando cada opinión con obras de referencia -quizás demasiadas-, hace una de las mejores radiografías de los EE.UU. que pueden leerse hoy en castellano.

Cada capítulo es como un espejo del caleidoscopio político, financiero, social, cultural, artístico, religioso, demográfico, militar y tecnológico estadounidense. Para hacerlo más comprensible, compara en cada espejo a España con los EE.UU. A pesar de sus durísimas críticas del imperio estadounidense, en la comparación ganan los EE.UU. por goleada. Alarmado por la deriva patriotera desde el 11-S y por la democracia de las encuestas y del dinero, sueña con un retorno rápido al equilibrio perfecto entre las dos Américas, la religiosa y la secularizada, la conservadora y la progresista.

Desprecia a Bush, comparte la animadversión de Stiglitz hacia el dólar redentor y la globalización ultraliberal, arremete contra los corredores de la muerte y la falta de memoria. Todo el texto es un grito contra la simplificación, la bipolaridad y el mundo dual de buenos y malos. Mas se identifica con los epicúreos, detesta a los estoicos tipo Bush, es profundamente europeísta, aborrece todas las guerras y cree en la fuerza de las masas. Sobran algunas generalizaciones como "cada americano lleva dentro un granjero o un cazador" y no se pueden utilizar los términos parlamento y parlamentario en un régimen presidencialista. Por lo demás, excelentemente escrito y una sola errata: Bush padre no perdió la reelección en el 96 sino en el 92 (pág. 62).