Ensayo

El motín de Esquilache. América y Europa

José Andrés-Gallego

26 febrero, 2004 01:00

Fundación Mapfre-Tavera/CSIC. Madrid, 2003. 800 páginas, 40’79 euros

La historia de los movimientos sociales y sociopolíticos -algaradas, motines, revueltas o revoluciones- ha constituido, desde hace ya medio siglo, un capítulo fundamental de la historiografía, ávida de localizar y diseccionar las "rupturas del sistema", las inevitables fallas de toda estructura, mucho más en unas sociedades como las del Antiguo Régimen, caracterizadas por la consagración jurídica de la desigualdad entre individuos y grupos.

Los motines eran un tipo de movimiento que en la mayoría de las ocasiones no superaba el ámbito local o afectaba a un espacio geográfico reducido. Tenían un carácter esencialmente social aunque también político, por las repercusiones de dichos enfrentamientos y la dificultad de disociar ambos aspectos. En la sede de la corte, además, aunque respondieran a causas objetivas similares a las de otras localidades: desabastecimiento, hambre..., solían ser incitados por la oposición al poder.

El más importante de los motines de corte fue el llamado "motín de Esquilache", que tuvo lugar en Madrid el 23 de marzo de 1766, domingo de Ramos, continuando durante los días siguientes. Como en otros casos similares, la causa esencial de los incidentes es la carestía y las malas condiciones de vida, pero resulta indudable su aprovechamiento político. Ahora bien, ¿quién organizó el motín? La investigación oficial de los meses posteriores culpó a los jesuitas, expulsados poco tiempo después de todos los territorios de la monarquía de Carlos III. Y como indica Andrés-Gallego, quienes se han ocupado del tema han oscilado entre dos formas de entender lo ocurrido: la que responsabiliza sólo a los hambrientos, o la que considera que detrás del motín hubo una conspiración política: la lucha de sectores tradicionales (nobleza, clero...) contra las reformas promovidas por el despotismo y la política ilustrada.

Pero el "motín de Esquilache" no fue un suceso aislado, sino que vino precedido y seguido por diversos disturbios antifiscales en América y por motines en numerosas localidades españolas. Tales incidentes respondían a una evidente situación de malestar, determinada, en España, por la crisis alimenticia y la carestía. Pero ¿había algo más? Algunos autores han visto detrás de ellos un anticipo de la crisis del Antíguo Régimen, una situación prerrevolucionaria que no llegó a cuajar. Andrés-Gallego lo interpreta más bien como el resultado de una suma de numerosos y diversos descontentos frente a la política del primer reformismo de Carlos III, en la que el marqués de Esquilache, secretario (ministro) de Hacienda y Guerra tuvo un papel esencial. El libro se sustenta en una exhaustiva investigación, que ha ocupado dos décadas de trabajo del autor, en las que ha visitado ¡más de un centenar de archivos en España y América! El resultado es un estudio detallado de los motines y sus causas: la política de Esquilache y los descontentos que generó, y sus consecuencias: la expulsión de los jesuitas y sus efectos en España y América.