La guerra de la Independencia
Charles Esdaile
11 marzo, 2004 01:00Charles Esdaile. Foto: Universidad de Liverpool
El libro de Charles Esdaile se presenta como un estudio de conjunto de la guerra de la Independencia, que no quiere ser una mera historia de batallas, sino que aspira a integrar también otros múltiples aspectos de orden político, diplomático, económico o social.Pero tan loable objetivo apenas se logra, pues la estructura básica del estudio es el análisis de las fuerzas enfrentadas, las tácticas y los aciertos o errores que influyeron en el resultado final de los diferentes combates, que se narran con profusión. En este sentido se trata de un magnífico y minucioso estudio, que reconstruye al detalle el devenir bélico de la guerra, apoyado en un buen conocimiento de las fuentes y la bibliografía, y sobre todo, en numerosos testimonios de combatientes y testigos.
La presencia de aspectos distintos a los militares es sin embargo bastante menor y, en la mayor parte de los casos, no pasan de ser un leve trasfondo, sin que al autor le interese detenerse en ellos, sino hacer un breve resumen que le sirva para enmarcar su historia bélica. Ello es particularmente llamativo en el caso de la España anterior a 1808, en que se hace un breve y discutible resumen de la etapa final de los gobiernos ilustrados, basado esencialmente en memorias, cartas y relaciones coetáneas, pero en el que se echa en falta el manejo de una más abundante bibliografía. Lo mismo ocurre en otros muchos casos, como por ejemplo cuando se habla de la aguda crisis de la economía española en aquellos años, las relaciones del gobierno británico con los gobernantes españoles, o el apoyo que los sucesivos gabinetes de Londres prestaron a la guerra de España. Una de las conclusiones finales del libro es que la victoria inglesa en la Península fue tanto política y diplomática como militar, pero los dos primeros aspectos tienen en sus páginas una presencia mucho más reducida que el tercero.
El autor es un experto en la figura del duque de Wellington, que tiene en el libro un protagonismo indudable, merecido sin duda. Pero junto a ello se percibe también una marcada preferencia por el papel de los británicos frente a las tropas españolas o portuguesas, cuya desorganización, defectos e ineficacia aparecen por doquier. Tampoco se explica muy bien el por qué de la guerra, pues Esdaile niega el carácter popular de la insurrección. Según afirma textualmente (pág. 80): "...descontentos y disidentes de todo tipo se reunieron para urdir una insurrección. Para alcanzar tal objetivo trastornaron al populacho". Parece evidente que en el levantamiento antifrancés -como en cualquier otro- convergieron multitud de motivaciones, intereses y objetivos, pero ello no quita para que el auténtico trasfondo del mismo fuera la reacción patriótica y nacional frente al invasor, algo de lo que se resiste a hablar el autor, que insiste en la falta de entusiasmo de los españoles por ir a la guerra, o en las motivaciones no estrictamente patrióticas de muchos de los guerrilleros. Por cierto, el término "populacho" que emplea habitualmente para referirse a los sectores más humildes de la población es demasiado impreciso, además de despectivo.
El discurso del libro se ajusta de manera bastante estricta a la estructura cronológica, lo que no podía ser menos cuando el eje conductor del mismo son las operaciones militares. únicamente en tres capítulos se rompe tal esquema: los referidos al reino de José I, la guerra de guerrillas, y la preparación de la constitución gaditana. Se echa de menos, no obstante, el que al igual que éstos no se hayan tratado otros temas. La guerra de la Independencia -que constituyó un indiscutible desastre para la península Ibérica- vio sin embargo una reacción bastante unánime de los reinos y territorios de España, en una clara identificación frente al agresor exterior. Este aspecto, como también la creación de la opinión patriótica por medio de la publicística y la propaganda no aparecen en el libro, porque el autor enfoca su estudio desde la óptica predominante de la historia bélica. Y eso sí lo hace bien, pues a partir de un impresionante manejo de fuentes, describe con todo detalle el de-sarrollo de la guerra, a través del análisis de las sucesivas batallas y enfrentamientos.