Image: Contemporáneos. Prosa

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Ensayo

Contemporáneos. Prosa

VV. AA.

2 septiembre, 2004 02:00

Los "Contemporáneos" Javier Villaurrutia, Jaime Torres Bodet y Salvador Novo

Edición de Domingo Ródenas Moya. Fundación Santander Central Hispano. Madrid, 2004. 588 págs, 24 euros

El grupo de escritores mexicanos conocidos como "Contemporáneos" no había merecido aún entre nosotros atención suficiente, pese a la antología poética que les dedicó el malogrado hispanista barcelonés Luis Maristany, aunque podamos destacar los estudios, en México, de Luis Mario Schneider y, en especial, los de Guillermo Sheridan.

El problema fundamental de un grupo que nunca llegó a consolidarse como tal fue, como en la generación del 27 española, la diversidad de sus trayectorias e intereses literarios. El esfuerzo de Domingo Ródenas Moya ha sido, en este sentido, doble: ha trazado una introducción que les sitúa en su contexto histórico, sin disimular las divergencias y silencios de las corrientes literarias mexicanas dominantes, y se ha ocupado de la zona menos conocida y valorada de su obra: la narrativa y el ensayo (en este último género reside el gran mérito del antólogo). Nunca resulta fácil elegir fragmentos de novelas, pese a la calidad de una prosa que Ródenas sitúa en paralelo a la que practicará, en España, el heterogéneo grupo ligado a "Revista de Occidente", los tachados por comodidad como "deshumanizados", aprovechando el conocido título del ensayo de Ortega, autores de los que Ródenas se ocupó en sus libros de 1997 y 2000. En efecto, la exquisita prosa de los escritores del mal llamado grupo es perfeccionista, tiende a la morosidad descriptiva azoriniana, al desprecio del tema, al uso de imágenes próximas a la poesía. Repudian el siglo XIX, huyen del Modernismo y hasta del naturalismo realista, se deleitan en los ambientes sofisticados, donde se cultivan las buenas maneras y hasta la cursilería -de la que, en ocasiones, ellos mismos no lograrán escapar-, valoran los hallazgos vanguardistas, aunque nunca abusan de ellos. Pero abundan automóviles, literatura estadounidense y francesa (Gide, especialmente), viajes, el "flirt" en el amor y la elegante superficialidad. Es, en buena medida, una literatura cuya perspectiva masculina se diferencia, en los años de la postevolución mexicana, de cualquier épica, del sobado romanticismo. Mucho le deberán a Alfonso Reyes y algo a Pedro Henríquez Ureña. No hay vacíos literarios. Pero del humus de estos cultivados que huirán del folklore como de la peste nacerá más tarde Octavio Paz y su promoción.

¿Son los hijos americanos de Benjamín Jarnés? Sin duda le leyeron, como siguieron "Revista de Occidente". El lector podrá advertir la evolución de cada uno. Ródenas nos ofrece como pórtico a cada uno de los autores una sucinta nota bio-bibliográfica. Más interés tienen los ensayos críticos que los amplios fragmentos narrativos elegidos. Los lúcidos artículos de Jorge Cuesta (1903-1942) han constituido una revelación, no sólo por su concepción del género novelístico, por su idea de la tradición nacional -fantasma que sigue proyectándose sobre las literaturas ibéricas y latinoamericanas-, sino por su personal concepción del "grupo", del que José Gorostiza (1901-1973) fue iniciador y algo disidente. Resulta extraordinariamente crítico en "Hacia una literatura mediocre", donde dice no haber hallado ni un sólo libro de poemas mexicano destacado en 1930. Sus "Notas sobre poesía" merecen tomarse en consideración. En José Martínez Sotomayor (1895-1980), en su "La rueca del aire", advertimos rasgos que presagian el realismo mágico (unas zapatillas que ensayan de noche) combinado con la abulia noventayochista y cierto costumbrismo. Salvador Novo (1904-1974) utiliza el humor y sus descripciones urbanas poseen rasgos de Dos Passos. Como algún otro, muestra su interés por el cine. En "Return ticket" (1927-1928), excelente texto autobiográfico, exhibe su conocimiento de la literatura estadounidense. Gilberto Owen (1904-1952) en "Novela como nube" nos ofrece su concepción del género: "el determinismo quiere, en mis novelas, la evolución de la nada al hombre, pasando por el fantoche. La escala al revés me repugna". Su breve texto sobre Gide es espléndido. Margarita de Niebla, de Jaime Torres Bodet (1902-1974), publicada en 1927, se convirtió pronto en emblemática. Hoy resulta envejecida, intelectualoide y bordea la cursilería. No era función de Ródenas la revisión crítica, pero hubiera podido ser más severo en sus juicios. Más interesantes resultan sus "Reflexiones sobre la novela", donde trata con justicia la obra barojiana, así como las de Gómez de la Serna y Paul Morand. Excelentes son "Variedad" y "Cuaderno", de Xavier Villaurrutia (1903-1950) con su tan actual fragmentarismo. Fue consi- derado el más brillante de la promoción. El prologuista no olvida el papel fundamental de las revistas ("Los Contemporáneos" se publicó entre junio de 1928 y diciembre de 1931). Cosmopolitas, audaces, inteligentes, brillantes, los textos nos ofrecen sorpresas y motivos de reflexión. La extensión del volumen nos llevará a interesarnos también por lo que no se ha incluido. Es aconsejable servirse, en paralelo, de una antología poética, la más reciente entre nosotros, publicada por DVD en 2001 (Contemporáneos, edición de Blanca Estela Domínguez y presentación de Iris Zavala).