Image: Las hijas de Lilith

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Ensayo

Las hijas de Lilith

Carmen Posadas y Sophie Courgeon

4 noviembre, 2004 01:00

S. Courgeon y Carmen Posadas

Planeta. Barcelona, 2004. 262 páginas, 19 euros

Esta reivindicación de la condición femenina está escrita sobre dos planos de apoyo. En la primera parte, las autoras presentan y defienden su tesis: hombres y mujeres son distintos aunque iguales. En la segunda, presentan doce biografías de mujeres que a lo largo de la historia han transformado el discurrir del mundo.

Carmen Posadas y Sophie Courgeon inician la primera mitad del libro contrastando los dos relatos de la Creación narrados en el Génesis. En el primero Adán y Eva son creados del mismo barro, mientras que en el segundo la hembra es creada de la costilla del varón. La primera versión del Génesis da lugar a una leyenda judía, recogida por las autoras, en la que la mujer creada por Dios, "tomada, como él, de la tierra", fue llamada Lilith y desde el primer momento rivalizó con su compañero. Una Lilith anterior a la Eva sumisa de los evangelios, rebelde, es el modelo de las autoras: "Somos hijas de Lilith".

Tras dejar sentado que la afirmación del feminismo clásico según la cual hombres y mujeres son iguales es un error en el que Simone de Beauvoir tuvo mucho que ver, las autoras se lanzan a un repaso de la condición femenina desde la Edad de Piedra hasta la actualidad. Tan desmedido intento les obliga a perder profundidad.

No obstante, aquí y allá dejan caer perlitas que el lector agradece. Es el caso de las tonterías de Martín Lutero sobre la mujer o el del reduccionismo de los sociobiólogos que explican las diferencias de género co-mo una derivada biológica. A estos aciertos hay que añadir un tono autocrítico, desconocido por el feminismo, que lleva a las autoras a escribir: "Víctimas, sí, pero también cómplices".

En la segunda parte, la calidad narrativa del texto coge brillo y sumerge al lector en el relato de vidas fascinantes. Biografías de mujeres capaces de todo con tal de satisfacer sus deseos o mitigar sus miedos. Hembras que hacen de su cuerpo y su inteligencia una herramienta de dominio sobre el hombre poderoso que parasitan y someten.

Livia, esposa de Cesar Augusto. Teodora, la meretriz que casada con Justiniano maneja la Constantinopla cristiana. Santa Catalina de Siena. Malinche, la india que se cruza con Hernán Cortés. Roxelana guiando a Soleiman el Magnífico. Catalina de Médicis. La princesa de los Ursinos, clave en el afianzamiento de los Borbones en España. Isabel de Farnesio. Madame Roland. Tzu-Hsi, la última emperatriz china. Eva Perón y Jiang Ping, casada con Mao Tse Tung, completan un desplegable de ambiciosas mujeres, hijas de Lilith, dignas compañeras del más maquiavélico de los hombres. Al igual que ellos, "rectas curvas".