Image: Eta en Cataluña. De Terra Lliure a Carod-Rovira

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Ensayo

Eta en Cataluña. De Terra Lliure a Carod-Rovira

Florencio Domínguez

19 mayo, 2005 02:00

Florencio Domínguez. Foto: Ángel Casaña

Temas de Hoy, 2005. 249 páginas, 17’50 euros

Florencio Domínguez, destacado experto en cuestiones relacionadas con la política del País Vasco y el terrorismo, cuenta la historia de la actividad de eta en Cataluña, analizándola en el contexto general de las estrategias y operaciones de la banda.

Es un trabajo sumamente interesante para valorar la importancia que la organización terrorista da a Cataluña y el efecto de sus actuaciones sobre el conjunto de las fuerzas políticas y la sociedad catalana. eta siempre ha actuado en Cataluña en razón de sus conveniencias, para extender sus frentes, a fin de aliviar la presión de los cuerpos de seguridad en el País Vasco y Madrid y por las facilidades del acceso a Francia. También ha contado cierto nivel de colaboración y, sobre todo, tal es el caso de la capital, la repercusión mediática de los atentados, muy superior a la de otros lugares. Esto para Cataluña ha supuesto, desde 1982, la muerte de 54 personas (34 ciudadanos corrientes) y 224 heridos en 67 acciones criminales.

No siendo determinante la colaboración interior, sí ha sido significativa. La sociedad catalana tradicionalmente ha considerado exterior el problema del terrorismo vasco. Sólo hacia 2001 surgió una preocupación social amplia cuando se tomó conciencia que quienes habían ayudado a los asesinos de Ernest Lluch y otros políticos, si bien no eran más de una decena de personas, procedían de profusos ambientes antisistema que podían llegar a constituir al caldo de cultivo de la violencia política.
Hasta esa etapa, los apoyos se restringieron a lo que sería Terra Lliure, ya decidida por la opción violenta antes de contactar con los vascos para obtener instrucción y aprovisionamiento y que apostaba por crear una vía autónoma de lucha armada, y ultraizquierdistas que actuaban por libre. Una parte del independentismo catalán, por el contrario, condenaba las acciones de eta por "perturbar la dinámica de la lucha armada en los Países Catalanes" y otra mayor, en torno a erc, se oponía a esta vía en Cataluña por considerarla contraproducente para sus intereses políticos.

Sin despreciar al resto de las víctimas, son tres los episodios terroristas que sobresalen en el ámbito catalán,: la masacre de Hipercor, el asesinato de Lluch y la reunión de Carod con la cúpula de eta en 2004. El autor contextualiza cada uno en el marco de las estrategias de eta, dándoles una dimensión que supera las referencias catalanas. El libro se completa con un análisis de las tres estrategias desarrolladas por la banda desde 1978 hasta 2004, en que parece atisbarse la derrota. Florencio Domínguez deja planteados magistralmente los términos de la cuestión antes de que se celebren las elecciones autónomas vascas, partiendo del significado de la oferta de Batasuna en Anoeta (noviembre de 2004) y de la reveladora realidad que traza la carta de agosto de 2004 del antiguo dirigente Múgica Garmendia y cinco compañeros más: "nuestra estrategia político-militar ha sido superada por la represión del enemigo". La banda terrorista es incapaz de condicionar la vida pública como hasta hace poco, le queda la carta de la paz. En esas estamos y la cuestión reside en no caer en los mismos errores que en el pasado.