Ensayo

La política y su sombra

Eugenio Trías

26 mayo, 2005 02:00

Anagrama, 2005. 168 páginas, 14 euros

Este texto nació de una paradójica inquietud: inquietud ante el exceso de inquietud, de miedo e inseguridad que se detecta en la agenda política del mundo contemporáneo. Eugenio Trías apela al 11-S contra las Torres Gemelas y la subsiguiente guerra de Iraq para dar sustento vital a una obra nada circunstancial, en la que su filosofía del límite se aplica a pensar el reverso oscuro de la política. Su ágil recorrido histórico por los momentos fundacionales de la filosofía política dispone un eficaz escenario teórico, donde las tres grandes ideas regulativas que han de orientar nuestra conducta cívico-política -buena vida, libertad y justicia- hallan su contraluz en una cuarta idea, que afecta a los aspectos más reales del espacio político: la idea de seguridad, ese valor que una política privada de horizonte ideal explota en detrimento de los otros valores.

Y es que el poder quiere ejercerse, mas no gusta de evidenciar su sombra. Lo político se constituye a partir del miedo a los otros, nos recuerda Trías, en oportuna y actualísima relectura del Leviatán hobbesiano. La cesión del privilegio de la violencia al Estado, base del pacto social, concede seguridad. Pero éste no es el único ni el máximo valor. Cuando una política se erige sobre el miedo, tritura los restantes valores y consume a la ciudad real en la regresión a un estado de naturaleza, donde se impone el terror.

A esta amenaza responde Trías con su propuesta de una política del límite, que cuenta con la inclinación de nuestra condición humana hacia aquello que la contradice, la conducta inhumana, pero que reconoce como lo más específico de la misma su constitución fronteriza y, por tanto, su capacidad para mantenerse en esa linde y articular con prudencia los valores de la ciudad ideal en la cruda realidad del presente.

Elaborado con tono introductorio, este breve ensayo constituye, pues, una primera concreción de dicha propuesta filosófica en torno a política y condición humana. Quedan así en esbozo desarrollos ulteriores. El método expositivo ofrece una presentación lineal de los diferentes autores, que merecería mayor contraste con los debates de la teoría política contemporánea, donde estas posiciones no parecen conjugarse en un único discurso o "justo medio". Igualmente, Trías identifica de modo muy atinado la sombra de la política. A mi juicio, es el oscurecimiento de la cuestión de la igualdad lo que explica, como elemento de distorsión de las luchas por una mayor justicia social, la generación de las distintas figuras del enemigo como ese otro que amenaza mi identidad. El nexo que liga aquí el discurso imperialista con el de los nacionalismos excluyentes queda por explorar. Como también otras exclusiones, bien sintomáticas del modo en que hoy se ejerce el poder político, y que involucran al oficio del filósofo: poca novedad encierra, por ejemplo, la reducción de la enseñanza de la filosofía en el bachillerato a un espacio minúsculo que proyecta el gobierno. Hace siglos que los sofistas de la política quieren acabar con esos tipos raros que son los filósofos: intentan que dejen de enseñar cosas incómodas tales como pensar. Desean votos, no individuos capaces de cuestionar la banalidad del talante sin talento. Libros como el presente nos ayudan a entender mejor por qué.