Ensayo

Mi vida hecha cenizas. Diarios 1920-1965

Carlos Esplá Rizo

1 septiembre, 2005 02:00

Ed. Pedro Luis Angosto y Encarna Fernández. Renacimiento. Sevilla, 2005. 377 páginas, 19’25 euros

Bajo el magisterio intelectual de Blasco Ibáñez y la batuta política y moral de Azaña, Carlos Esplá (Alicante 1895-México 1971) se convertiría en un periodista destacado en la lucha contra la dictadura de Primo de Rivera y en un influyente servidor de la República: llegó a ser subsecretario de Gobernación y de la Presidencia con Azaña y ministro de Propaganda con Negrín. Pero donde su figura adquiere un relieve propio es en el exilio. Desperdigados y poco a poco desaparecidos los gestores republicanos, Esplá tratará inútilmente de unificar los restos de la oposición exterior a Franco, tan dividida y enfrentada en la diáspora como lo estuvo durante la guerra civil. Poco a poco, a través de sus etapas en Washington, Nueva York y México, los sueños del regreso a la patria y a una pronta restauración democrática se desvanecen mientras se consolida el franquismo. La epopeya vital de quien fue uno de los guías republicanos del exilio se va trocando en la monótona condición de administrador de unos fondos en solidaridad con una entelequia. Lástima que toda esta apasionante desazón hacia el olvido -el drama de una de las generaciones más cultas de la historia de España-, se cuente aquí en las notas sueltas de un diario desigual, que no renuncia ni a los chascarrillos, a veces falto de apoyo contextual para dar más enjundia a lo que corre el riesgo de quedarse en mero apunte literario. Por fortuna, los lúcidos diagnósticos de Esplá sobre figuras del destierro y sobre el conformismo interior (el diario concluye diez años antes de la muerte de Franco) restituye el interés de unos textos narrados con pulso de escritor.