Image: Cienfuegos y otros inéditos

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Ensayo

Cienfuegos y otros inéditos

Jorge Guillén

26 enero, 2006 01:00

Jorge Guillén, por Gusi Bejer

Edición de G. Carnero. Univ. Valladolid/F. J. Guillén. 377 págs.

Según cuenta Guillermo Carnero en el Preámbulo, en el verano de 2003 coincidió con Claudio Guillén en un curso de la UIMP de Santander sobre Alberti. Fue entonces cuando el hijo de don Jorge le entregó unas páginas inéditas de su padre, el estudio sobre el poeta dieciochesco álvarez de Cienfuegos, que le habría servido al poeta como trabajo de investigación para concursar a cátedras.

En dicha oposición logró plaza en la todavía joven universidad de Murcia. Guillermo Carnero, como tantos otros "poetas profesores", es también catedrático de la aún más joven Universidad de Alicante y, a la vez que una de las más destacadas figuras poéticas de su promoción, un extraordinario conocedor de la literatura del siglo XVIII. Pero el "editor" no se ha limitado a la transcripción de aquellas páginas manuscritas que obraban en poder de la familia. Buceando en diversos archivos nos ha ofrecido muchísimo más. Ha estudiado documentalmente la citada oposición, descubriendo los textos inéditos de los ejercicios, el programa, la metodología expuesta, el concepto de la asignatura, la didáctica. Ahora podemos decir que disponemos de los detalles de este concurso a través de los textos conservados.

Pero no es sólo esta faceta la que podremos valorar. Es un estudio ejemplar, donde el historiador reproduce la documentación para que el lector pueda juzgar a su aire (se nos ofrece un estudio inicial imprescindible con sus aportaciones; págs. 25-92; más una detallada bibliografía) que procede de los archivos de la Universidad de Murcia, Sevilla y otros varios que se precisan sobre las difíciles circunstancias que tuvo que sortear hasta que logró abandonar España, tras pasar junto a su esposa pocos, aunque inquietantes, días en la cárcel, en 1936, regresar a Sevilla tras dejar a sus hijos en Francia y hacer frente a un expediente que le habían incoado las nuevas autoridades. Pese al pliego de descargos, donde se declara partidario del Movimiento, y a prestarse a dar una conferencia el Día de la Raza (12 de octubre de 1936) en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla, ante el Gran Visir de Marruecos y Queipo de Llano (pág. 365 y siguientes) que finalizó con un sonoro "¡Viva España!", fue depurado y apartado de cualquier cargo universitario. Del mencionado discurso se conocían resúmenes. Aquí se ofrece el texto.

Una parte de todo ello era conocido por los guilleneanos de pro (que los hay, pese a algunos jóvenes poetas); pero Carnero aporta casi toda la documentación: los delirantes informes de la policía y de organismos militares de Valladolid o Sevilla; los cargos que se le imputan, como el de formar parte de una conspiración judeo-masónica así como su pliego de descargos, donde se declara apolítico. Y, de hecho, en alguna carta del momento se manifiesta tan lejos de uno como del otro bando, pese a su indudable republicanismo. Esta documentación constituye el elemento más valioso y el máximo interés de un conjunto cuyo objeto era inicialmente otro. El último documento es el texto de la solicitud manuscrita, que Guillén envió el 15 de abril de 1939, ya en su exilio estadounidense de Middlebury, al ministro de Educación Nacional solicitando una excedencia "voluntaria sin sueldo".

Al margen de estos detalles biográficos que permiten, además, perfilar la época, Carnero transcribe el "corpus" principal del libro, el estudio original sobre Cienfuegos. De hecho, no puede parangonarse con otros trabajos críticos modélicos del mismo Guillén. La elección de Cienfuegos, como bien advierte Carnero, viene condicionada por la naturaleza misma de la oposición. Probablemente su mentor, Pedro Salinas, se lo habría sugerido, dado que andaba ya en tratos con Meléndez Valdés y su época. El XVIII, hasta Sarrailh, fue casi desconocido y despreciado por la erudición española, a excepción de Menéndez y Pelayo, que Guillén aprovechará y mencionará reiteradamente. Pese a ello, el opositor había realizado un considerable esfuerzo al reunir fichas y citas, además de un manuscrito juvenil inédito de Cienfuegos -cuya noticia le facilitará Salinas- y algunas intuiciones que bien merecen rescatarse. De escasa utilidad, sin embargo, resultará para los dieciochistas actuales. El trabajo de Carnero rebosa de feliz erudición. Anota bien sin corregir los errores del manuscrito de Guillén. Fija el texto sobre él y una copia mecanográfica. Resulta ejemplar, muy conveniente para jóvenes filólogos que buscan, en ocasiones, modelos para sus trabajos.