Ensayo

La política de la claridad. Sobre la unidad canadiense

Stéphane Dion

2 febrero, 2006 01:00

Stéphane Dion. Foto: Archivo

Traducción de M. D. Torres. Alianza, 2005/ F. M. Jiménez Abad. 371 págs. 24 euros

En los últimos años, algunos políticos españoles pertenecientes a partidos nacionalistas (especialmente en Cataluña y el País Vasco) han coincidido en señalar que Québec es un ejemplo de "movimiento soberanista exitoso" digno de ser imitado.

Por lo general, se identifican erróneamente como similares las pretensiones políticas québécois, catalanas y vascas, sin realizar las distinciones entre las características nacionales de cada marco político, estructura social y dinámica económica. El texto que ahora publica Stéphane Dion es una obra de gran calidad que muestra los detalles de la experiencia canadiense, señalando los problemas no superados y los avances logrados. El autor es una voz autorizada para hablar de estas cuestiones. Profesor de Ciencia Política en la Universidad de Montreal, fue Presidente del Consejo privado de la Reina para Canadá, titular de la cartera de Asuntos Intergubernamentales, autor de la Ley de la claridad, diputado en la Cámara de los Comunes del Parlamento canadiense y Ministro de Medio Ambiente. Defensor a ultranza del federalismo, del respeto a la diversidad y de las identidades múltiples, tuvo la inteligencia y el valor de desmontar en su día el lenguaje ambiguo de las posiciones soberanistas de los movimientos etnonacionalistas.

El libro está constituido por 36 textos que fueron en su día conferencias, discursos políticos, cartas oficiales y artículos de prensa. Dividido en cuatro grandes apartados, el lector puede aprender sobre el espíritu del federalismo, su evolución, la identidad canadiense y québécois, y los peligros de la secesión en democracia. El autor analiza con detalle de qué modo la amenaza secesionista en Canadá ha sido utilizada como un mecanismo de chantaje montado sobre argumentos victimistas para lograr concesiones, privilegios, favores y diferencias; y propone que se "juegue limpio" para evitar que el discurso político siga confundiendo al electorado con opciones oscuras que esconden trampas e intereses partidistas. Hay que decir con claridad y coraje -dice el autor- si se quiere la independencia o si se prefiere seguir perteneciendo a Canadá. Sólo así se despejarán las amenazas de rasgaduras de la tela federal. Dado que el Tribunal Supremo de Canadá rechazó en su día la posibilidad de aplicar el derecho a la secesión en Québec por interpretar que no se encontraba en una situación colonial, la discusión que se debe tener en Québec es si sus ciudadanos quieren o no pertenecer a Canadá. La valentía de Dion es afirmar que el problema no radica en Canadá, sino en saber qué quiere Québec, por lo que la solución está en el segundo y no en cuánto es capaz de conceder el primero.

Los argumentos manejados porDion destilan inteligencia y honestidad intelectual. Su lectura permite comprender el caso canadiense en profundidad; muestra que el ejemplo de Québec no es similar al del País Vasco o Cataluña; pone en evidencia que el modo en cómo se manejaron las pretensiones soberanistas de Québec ocasionaron más problemas que soluciones; y subraya que el modelo federal es una excelente plataforma que ayuda a resolver democráticamente los problemas de la convivencia política y en particular a superar las reivindicaciones autonomistas-soberanistas. Un libro de obligada lectura en estos días en España por su claridad.