Ensayo

Sociología de las filosofías. Una teoría global del cambio intelectual

Randall Collins

2 febrero, 2006 01:00

Traducción de Juan Quesada. Hacer Ed., 2005. 1002 páginas, 80 euros

Digno sucesor de la antigua sociología del conocimiento, o, por hablar el lenguaje de los tiempos, de la cultura, Collins profesa, como señala en su breve pero acertado prólogo Salvador Giner, una concepción agónica de los cambios sociales. Se trata, pues, de una sociología del pensamiento que asume la filosofía como su horizonte analítico y, a la vez, su prueba de fuego. No consiente con la idea de la producción solitaria, de la dedicación individual a la verdad, o la búsqueda del conocimiento. La producción intelectual está necesariamente mediada por componentes colectivos, por formas de interacción que ordenan a los individuos en grupos y generaciones. Entre ellos se dan encuentros (a los que Collins denomina rituales de interacción) que producen ideas o grandes planes teóricos (a los que el autor denomina, abusando quizá de terminología religiosa, objetos sagrados). Las redes productivas que generan esos encuentros son los canales de transmisión tanto del capital cultural -expresión ésta tomada de Bourdieu pero matizada por Collins- como energía emocional, ambas necesarias tanto para la estabilización teórica como para el cambio cultural.

Collins rastrea la producción filosófica, incluso la pre-o parafilosófica- desde la Grecia, la China, o la India antiguas hasta las teorías europeas de los 70. En todos los ámbitos, encuentra el autor la misma disposición grupal, la misma transmisión generacional, la misma dinámica conflictiva que se tramita a través de la interacción ritual. El trabajo de Collins constituye un valioso contrapunto a las historias convencionales de la filosofía, o de la cultura. Acaso se añore una mayor profundización en las doctrinas o teorías. Pero ese propósito, central para otras exposiciones de esta materia, es lateral para la investigación de Collins que se centra en esos otros aspectos, no por exteriores menos importantes.