Ensayo

Dios es redondo

Juan Villoro

29 junio, 2006 02:00

Anagrama, 2006. 15 pp., 15 e. José machado y Pablo Varela: Futbolia: Filosofía para la hinchada. Kailas, 2006.183 pp., 15’95 e. Pablo Nacah: Fútbol: La vida en domingo. Lengua de Tra

Tres libros que ponen al lector que sigue la Copa Mundial de la FIFA, Alemania 2006, en el palco de autoridades. Su lectura transforma y enriquece la visión de los partidos de fútbol. Tres volúmenes que proporcionan relieve, profundidad histórica y claridad conceptual a la complejidad implícita en todo mundial.

Desde la perspectiva conjunta que proporcionan estas páginas, cabe destacar que el fútbol se encuentra sometido a dos terribles amenazas: el aburrimiento y la violencia. El drama que constituye todo buen partido tiene mucho en común con el desarrollo de una buena obra de teatro. Durante un tiempo crece la emoción hasta que el clímax conduce a la resolución de la tensión. En los encuentros de fútbol, al contrario de lo que sucede en cines o teatros, el espectador dispone de muchos más recursos para expresar y transmitir sus emociones. Los hinchas, los vecinos de asiento, los jugadores, el equipo arbitral o los aficionados del equipo rival que también contemplan el partido conforman "el otro" ante quien expresar las emociones.

El fútbol, tal como nos enseñan estos tres volúmenes, implica un tipo de conflicto en el que se entrelazan de modo sutil o descarado formas de interdependencia, hostilidad, cooperación y formación de grupos antagónicos "nosotros"-"ellos" que incluso se excluyen con una fuerza a veces cargada de un odio que puede llegar a la violencia. Es notorio que todo ello despierta emociones de muy distinta índole: a veces placenteras y en ocasiones dolorosas. Un marco de estas características conlleva una compleja y variable mezcla de comportamientos racionales e irracionales.

Al mismo tiempo, la relación que los equipos de fútbol establecen con el espectador da espacio y albergue al cultivo de ideologías que pueden llegar a ser diametralmente opuestas. Esto confirma que el fútbol también juega con la metáfora de la guerra y del entrenamiento militar. En demasiados equipos se alienta la dureza, la agresividad de los hinchas y el nacionalismo. Los Juegos Olímpicos y la Copa del Mundo propician las únicas ocasiones, en tiempo de paz, en las que los Estados se reúnen para competir entre sí de modo regular y visible. Por fortuna, salvo alguna lesión cada vez más infrecuente, nadie muere. Pese a ello, la presión social ejercida sobre futbolistas, entrenadores y directivos es enorme. Cuando el prestigio nacional, y el dinero están en juego meter goles y alcanzar la victoria es decisivo. El aumento o la disminución del orgullo identitario depende en buena medida de los resultados. A la vista de todo lo anterior es fácil coincidir con Pascal Boniface, autor del libro de referencia, La terre es ronde comme un balloon: geopolitique du football, (Seuil, 2002) y director del Instituto de Relaciones Internacionales y Estrategicas de París, cuando afirma del fútbol que es "el más mundial de los fenómenos". Desde luego está más extendido por el planeta que la democracia o que la economía de mercado.

Las estrategias cognitivas utilizadas para construir estos libros son, pese a que los tres coinciden sobre el mismo objeto de reflexión, bien distintas. José Machado (Madrid, 1974) y Manuel Valera (Córdoba, 1976) superponen fútbol y filosofía. Han seleccionado un "once que juega" y un "once que piensa" y han emparejado a futbolistas y filósofos buscando rasgos comunes entre ambos. El objetivo es divulgar el pensamiento de grandes filósofos y futbolistas. Khan y Descartes, Beckenbauer y Kant, Roberto Carlos y Marx, Redondo y Nietzsche, Zidane y Platón, Figo y Ortega y Gasset, Raúl y Aristóteles, Romario y Epicuro, Maradona y Diógenes, Stoichkov y Heráclito con Parménides, Di Stéfano con Pelé y Cruyff y Sócrates. A estos elegidos por Machado y Valera se añade un breve juego comparativo en el que toman parte árbitros y entrenadores. Pablo Nacach (Buenos Aires, 1969) entra en el fútbol de la mano de conocimientos que ya mostró en su anterior libro, Las palabras sin las cosas. Semiótica, psicoanálisis y su capital de lecturas le facilitan la entrada en el complejo imaginario del fútbol.

Juan Villoro (Ciudad de México, 1956) acredita una trayectoria intelectual que no necesita presentación alguna. Su conocimiento del fútbol es enciclopédico, su finura en el análisis excepcional. Si a esto añadimos un estilo suelto y ameno, nos encontramos con una obra que ofrece al lector la solución perfecta para seguir el mundial. Con Juan Villoro el fútbol se convierte en pasión y el lector queda convencido de que, como afirma Bill Shankly y repiten muchos estas semanas del Mundial, "El fútbol no es una cuestión de vida o muerte; es más importante que eso".