Image: En torno a Albert Einstein

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Ensayo

En torno a Albert Einstein

José Adolfo de Azcárraga

15 marzo, 2007 01:00

Albert Einstein

Publ. Univ. de Valencia, 2006. 327 páginas. 24’50 euros

Personifica Einstein un momento estelar de la física. Lo que Newton fue para la física clásica lo es Einstein para la moderna, nacida en el primer cuarto del siglo XX. No fue el único y en realidad el libro no quiere tanto hablar de él como del movimiento que la física experimentó entonces y llega a nuestros días y los rebasará; pero el protagonismo de Einstein es tan fuerte que todos los capítulos, excepto uno, llevan su nombre en el título. No en vano es el físico más grande de su tiempo y seguramente de todos los tiempos. Pero a su lado hay una constelación de figuras que se van incorporando en cada etapa a esta narración, convirtiendo su dramatis personae en una relación verdaderamente deslumbrante. Sobre ellos van cayendo los premios Nobel y ni siquiera hay para todos. Oppenheimer, por ejemplo, con sus descubrimientos sobre la producción de energía en las estrellas y la formación de la mayor escuela de física teórica de los Estados Unidos, no llega a la altura de un Nobel: "de los de entonces", puntualiza Azcárraga agudamente.

Con todo, la contribución de Einstein a las ideas fundamentales de la física moderna fue mayor que la de cualquier otro científico y, aunque el libro quiere estudiar aquéllas, no puede sustraerse a la magia de su protagonismo. No se trata sin embargo de una hagiografía que ignore algunos deslices científicos o debilidades personales pero acaba imponiéndose su personalidad más allá incluso de la propia física: su fama le obligó a opinar sobre cuestiones filosóficas, religiosas o políticas, "con una penetración fuera de lo común". Por aquí van pasando las dos teorías relativistas y la mecánica cuántica pero también el pensamiento filosófico de Einstein, su pacifismo y a la vez su contribución al desarrollo de la bomba atómica.

Einstein separaba claramente los fines de la física teórica de las aplicaciones: los primeros -los intentos de construir conceptualmente un modelo del mundo real y de sus leyes- son propiedad exclusiva de la naturaleza y de las segundas la responsabilidad es nuestra. Reclama así la libertad de crear teorías para que algunas de ellas consigan el objetivo buscado: una mayor comprensión del mundo natural. Y es de ver el trabajo y el ingenio desplegado por él y sus colegas para elaborar esas teorías que han de ser luego confirmadas por la experiencia. A veces con sorpresa: cuenta Feynman, a propósito del ensayo de la bomba atómica, su desconfianza en que los cálculos teóricos pudieran decir a la naturaleza lo que debía hacer; "pero ahí estaba, naciendo lo que habíamos calculado". La tecnología bélica nuclear plantea el control de las aplicaciones que la investigación básica propicia pero no hay una investigación básica buena y otra mala: las leyes de la naturaleza son éticamente neutras y es un problema nuestro saber emplear bien el poder que proporcionan.

Por otra parte, frente al burdo tópico del "todo es relativo" nada tiene que ver la relatividad con el relativismo cultural, ético o antropológico, que evita hacer juicios de valor y presenta entre otros problemas su propia inconsistencia interna. La relatividad, quizá traicionando su nombre, de lo que habla es de lo que no es relativo, de la constancia e invariancia de las leyes físicas respecto del sistema inercial elegido. Nada hay de relativismo en la teoría de la relatividad.

Tal vez me he detenido en destacar algunos puntos que pueden resultar más chocantes al lector común, puesto que el libro está lleno de sugerencias. Para mí lo más impresionante es el empeño de los físicos teóricos por alcanzar la "teo-ría final", la que aúne la mecánica cuántica, la relatividad general y la física de partículas. Será con el uso de espacios de más de cuatro dimensiones, será por la moderna teoría de supercuerdas... o quizá no seamos capaces de lograrlo nunca: tres siglos y un Einstein fueron necesarios para dar un paso desde Newton, un paso "grande en muchos aspectos pero pequeño para lo que queda por recorrer". Todos esos problemas los encontrará el lector explicados con sencillez en este libro que obtuvo el Premio Especial del Año Mundial de la Física en el 2005. Un libro que se lee de corrido y nos deja el gusto de releerlo para meditarlo despacio.