Ensayo

A punta de pistola

David Rieff

31 mayo, 2007 02:00

Trad. R. Martínez e I Muntada. Debate. 288 pp, 21’90 e.

Tras más de diez años de corresponsal de guerra para algunos de los principales periódicos estadounidenses, como el "New York Times", David Rieff, en su sexto libro, recupera trece de sus mejores ensayos para denunciar las intervenciones militares salvo en circunstancias muy excepcionales. "He llegado a la convicción de que las premisas morales del intervencionismo han cambiado radicalmente en la década transcurrida entre el fin de la guerra de Bosnia en 1995 y la caída de Bagdad en 2003, y ello, con franqueza, me aterra", confiesa en el prólogo el autor, arrepentido de haber apoyado las intervenciones principales de la posguerra fría. Arremete por igual contra intervencionistas progresistas (Halperin, Daalder, Soros…) y neoconservadores (Wolfowitz, Bolton…), contra activistas de extrema izquierda (Chomsky) y de extrema derecha (Buchanan), contra Bush y Clinton. Se empeña en buscar un centro entre esas posiciones, desentraña los graves errores cometidos en cada intervención, y concluye que "las interminables guerras altruistas postuladas por tantos activistas de los derechos humanos […] únicamente pueden llevar al desastre".

Como a tantos periodistas y políticos estadounidenses, el pandemónium iraquí le ha abierto los ojos y "el nuevo humanismo militar" (terminología de Chomsky que Rieff, a pesar de sus diferencias, hace suya) le parece "una fórmula para la repetición en el siglo XXI de los horrores del colonialismo del XIX, cuya justificación moral […] la constituyeron también el humanitarismo y el imperio de la ley".

El libro se divide en dos partes. En la primera, con seis ensayos, analiza la incapacidad de la ONU para hacer frente a los desafíos del nuevo siglo, las dificultades para pacificar áfrica con un nuevo sistema de mandatos como los de la Sociedad de Naciones, la responsa-
bilidad de la ONU y de las grandes potencias en el genocidio de Ruanda, las condiciones necesarias para un renacimiento africano y la gran mentira de Kosovo. Reconoce su ceguera, compartida por muchos observadores occidentales, al no darse cuenta de que en Kosovo, como en Ruanda tras el genocidio, "las víctimas estaban dispuestas a convertirse en victimarios, y deseosas de hacerlo".

Los siete ensayos de la segunda parte recogen lo mejor de sus trabajos en Iraq desde la invasión. La doctrina de la guerra preventiva en que se inspiró la invasión va más allá, dice Rieff, de los credos utópicos de los fundadores de Estados Unidos. Es una doctrina de guerra sin fin, cada día más insostenible. Las apostillas o comentarios al final de muchos de los ensayos son muy útiles, pero debería haber incluido la fecha original de la publicación en cada texto. Me parece también un error enfocar un problema tan complejo, seguramente el más importante de la posguerra fría, en el binomio EEUU-ONU. La brillantez de sus críticas contrasta con la pobreza de sus propuestas de solución. ¿Es creíble, tras descalificar todo y a todos, ver en el activismo ecologista el mejor modelo de futuro? Más bien parece un intento de fuga. "Hay que reconocer que es una base exigua para fundar en ella nuestras esperanzas, pero, en estos momentos, tal vez sea lo único que nos queda", concluye.