Image: Pablo Iglesias. Socialista, obrero y español

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Ensayo

Pablo Iglesias. Socialista, obrero y español

Joan Serrallonga

6 septiembre, 2007 02:00

Pablo Iglesias, en un mitín por los presos. Archivo F. Largo Caballero

Edhasa, Barcelona, 2007. 864 páginas. 36’50 euros

La biografía es un género literario con una larguísima tradición, en el que la vida de un individuo sirve de contraste para entender mejor toda una época. Desde los griegos -podríamos citar a Plutarco- la biografía ha sido considerado como un género distinto, aunque complementario, de la historia. Cuando aquellos valores clásicos se restablecieron, como ocurrió en el Renacimiento, las vidas de los grandes hombres volvieron a cobrar todo su atractivo. Ese sería el sentido de las Vidas de pintores que escribiera Giorgio Vasari a mediados del siglo XVI, antes de que la biografía se asentara definitivamente con la Vida del doctor Johnson, publicada por James Boswell en 1791.

El sociologismo imperante entre algunos historiadores en el siglo XX, que iba acompañado de un rechazo de la idea de los grandes hombres, empañó el interés por las biografías, aunque en absoluto las hiciera desaparecer de las librerías. Ni siquiera en países que, como Francia, fueron los más proclives a ese tipo de historia llena de datos estadísticos pero remisa a prestar atención a las individualidades. Y no digamos en Inglaterra, donde la biografía ha sido siempre muy leída.

En cualquier caso, se puede hablar ya de una clara recuperación generalizada del género biográfico, que se inició en España a comienzos de los 80 - las biografías de Azaña (Juliá) y Lerroux (álvarez Junco)- y, más recientemente, la biografía de Largo Caballero, a cargo de Juan Francisco Fuentes, o la de Alcalá-Zamora, por Julio Gil Pecharromán.

Ahora le ha tocado el turno a Pablo Iglesias (1850-1925), el padre del socialismo español y una de las figuras de referencia en los esfuerzos de transformación social que se experimentaron en España en el tránsito del siglo XIX al XX. En mayo de 1910, pocos días después de que Iglesias fuera el primer socialista español elegido diputado, Ortega y Gasset publicó un artículo en El Imparcial, en el que lo calificaba de "santo laico" y lo comparaba con Francisco Giner de los Ríos, otro de los grandes reformadores de la España contemporánea a través de la Institución Libre de Enseñanza. Tanto la imagen del santo laico, como la comparación entre ambas figuras se prolongarían en los años siguientes, aunque debieron ser escasísimas, y muy circunstanciales, las ocasiones en que ambos coincidieron. Sin embargo, todos los indicios apuntan a que, entre el socialismo y el mundo de la Institución, hubo siempre un gran respeto mutuo, aunque fueran escasos -Besteiro y Fernando de los Ríos, especialmente- los institucionistas que militaron en el socialismo.

El Partido Socialista fue, hasta una fecha muy tardía, fuertemente obrerista y poco receptivo a personas e ideas provenientes de los ambientes burgueses. Ese carácter obrerista es fundamental para caracterizar la trayectoria del propio Pablo Iglesias, un inmigrante gallego en Madrid que, desde muy joven, trabajó en el oficio de tipógrafo a la vez que se comprometía en una lucha política para mejorar las condiciones de vida de las clases trabajadoras. Eso le llevó a colaborar en la Primera Internacional de Trabajadores y, en 1879, a fundar el Partido Socialista, que presidió hasta el momento de su muerte, aunque su mala salud le tuviera alejado del periódico El Socialista y de la dirección efectiva del partido desde unos años antes. La biografía de Iglesias había sido abordada, poco después de su muerte, por personas de su entorno afectivo como Juan Almela -el hijo de su compañera, Amparo Meliá- o muy cercanas políticamente, como Julián Zugazagoitia (1925) o Juan José Morato (1931).

Ahora es objeto de la atención de Joan Serrallonga, un profesor de la Universidad de Barcelona experto en el estudio de las condiciones de vida de la clase obrera, que ofrece una valiosa biografía-algo desmesurada en número de páginas- en la que la relativa escasez de documentación original del biografiado aparece compensada por una detallada referencia a la evolución del movimiento obrero durante el periodo de la Restauración española.