Ensayo

Clima de miedo

Wole Soyinka

27 septiembre, 2007 02:00

Wole Soyinka. Foto: Jacqueline Larma

Traducción de Jordi Beltrán. Tusquets. Barcelona, 2007. 160 páginas. 12’50 euros

Cuando Wole Soyinka, el nigeriano más universal, primer Nobel de Literatura africano (1986), habla, se le debe escuchar. No habla de oídas, como muchos otros. Habla -y escribe- de lo que ha padecido en propia carne, pero, sobre todo, en su propio espíritu desde que un maestro y una tendera politizada de Abeokuta, en el suroeste de Nigeria, le trajeron al mundo el 13 de julio de 1934.

Clima de miedo, el último de sus libros traducidos al castellano, recoge las cinco lecciones magistrales que pronunció en 2004 en el ciclo de Conferencias Reith de la BBC, inaugurado por Bertrand Russell en 1948. Si desea disfrutar, aprender y emocionarse, puede bajarlas gratis todas ellas, incluidas las de Soyinka, de www.bbc.co.uk/ print/radio4/reith2004/ y escucharlas mientras conduce o en la soledad de su casa. Es un placer que sólo requiere, claro, entender bien inglés.

El de Soyinka es excelente y la traducción de Jordi Beltrán para Tusquets, también, pero -como gran actor, guionista e intérprete que es-, Soyinka gana en propia voz.

En la primera conferencia, "Una máscara cambiante de miedo", enlazando con su obra Climas de arte sobre la represión de los artistas bajo las dictaduras africanas que él sufrió desde niño, define los complejos mecanismos del temor, las profundas diferencias entre el miedo con pérdida de dignidad (clave de toda su reflexión) y el miedo sin pérdida de dignidad, los riesgos de todo espacio de inmunidad y el fracaso seguro de cualquier respuesta al terror con terror.

En la segunda, "Del poder y la libertad", contrasta las viejas dictaduras formales (Stalin, Argelia y talibanes incluidos) con los cuasi-Estados actuales sin fronteras, alimentados por la voluntad de dominación y controlados por un puñado de elegidos ciberobsesos: el poder como pantanal primordial del miedo (a George W. Bush o a Bin Laden, da igual) que lo envuelve todo.

En la tercera, "Una retórica que ata y ciega", desmenuza la histeria retórica desatada por Bush con "un lenguaje revelacional con toques de mesianismo" tras el 11-S para justificar la invasión de Irak y su variedad fanática, apropiada por Al Qaeda. "La culpa, por supuesto, no es de la religión, sino de los fanáticos", advierte el autor.

"No hay paz posible sin dignidad", escribe en su penúltima conferencia. "La naturaleza del poder que rebaja y humilla es la que impulsa al padre de familia palestino a sentarse, impotente, bajo los fusiles israelíes, empapado en lágrimas, mientras ve cómo su ancestral olivar, único medio de vida de la familia, cae bajo la sierra elécrica (…) con el fin de dejar espacio para el muro".

¿Soluciones? En la última conferencia, sin demasiada fe, apunta algunas: diálogo, liderazgo (estadounidense sobre todo) responsable, religiones respetuosas del otro, valor para denunciar e insumisión frente al poderoso… Virtudes, todas, que Soyinka, además de predicar, siempre ha practicado. Por eso es tan
creíble.