Ensayo

Los que le llamábamos Adolfo

Luis Herrero

27 septiembre, 2007 02:00

Suárez junto al autor en los años de la Transición. Foto: Archivo del autor

La Esfera de los Libros, 2007. 307 páginas, 22 euros

Luis Herrero (Castellón de la Plana, 1955), eurodiputado del PP y uno de los nombres de referencia en el éxito actual de los informativos de la COPE, ha escrito una "crónica sentimental" -son sus palabras- de casi 50 años de relación con Adolfo Suárez (1932), el primer presidente de la España democrática, tras la muerte de Franco, y principal protagonista de aquel prodigioso esfuerzo de conciliación que fue la Transición política a la democracia a partir de 1975.

Se trata de un libro nacido de un profundísimo afecto hacia una persona que pertenecía al círculo íntimo de la vida familiar del autor, hijo de Fernando Herrero Tejedor, ministro en el último gobierno de Franco. Herrero Tejedor podría haber tenido un importante papel tras la muerte del dictador, si no hubiese fallecido prematuramente en un accidente de automóvil. A partir de entonces Adolfo Suárez sería, para el autor, un amigo, un consejero, casi el padre que había perdido.

"¿Cómo no iba yo a adorar a Adolfo?", escribe Herrero en la última línea del libro, después de habérselo preguntado en tres o cuatro pasajes anteriores. El autor ha escrito, por tanto, un libro que es, abiertamente, la crónica de una amistad y se suma a la ya numerosa nómina bibliográfica sobre Adolfo Suárez, que ha contado con títulos muy críticos (Morán), pero que se ha enriquecido en los últimos años con los testimonios afectuosos (Abella, García Abad, Ortiz) de historiadores, periodistas y colaboradores. A ellos se suma el libro de Luis Herrero, que toma su título del que Josefina Carabias le puso en 1980 (Los que le llamábamos don Manuel) a sus recuerdos familiares de Azaña.

Este tipo de libros, que descansan sobre los recuerdos personales del autor, dependen mucho de la agudeza interpretativa del que escribe, de la calidad de sus informaciones y de su capacidad para transmitirlas. Por empezar por esto último, cabe decir que, como corresponde a un periodista de raza, el texto es casi siempre apasionante, a pesar de algunas reiteraciones o de un par de errores ortográficos que horadan el apacible desarrollo de una lectura llena de aciertos expresivos y de buen periodismo.

No menos se puede decir de la calidad de las informaciones, obtenidas en unos círculos de intimidad a los que muy pocas personas podrían tener acceso. A través de ellas se puede ver a un Adolfo completamente coherente con su decidida vocación política -"yo cambiaría diez años de vida por uno solo de poder", le comentó en más de una ocasión al autor del libro- y se pueden seguir los pasos que culminaron con el acceso a la presidencia del Gobierno en julio de 1976. Trayectoria sobre la que no faltan aportaciones casi inéditas como las referidas a las crisis de gobierno de los últimos años del franquismo, el papel de Herrero Tejedor para la salida del régimen dictatorial, la pertenencia de Adolfo Suárez al Opus Dei durante aquellos años o, en un plano mucho más episódico, algunas azarosas relaciones de Carmen Díez de Rivera o las reticencias del propio Franco hacia las abiertas ambiciones de Suárez.

La narración alcanza su clímax en el capítulo quinto, con el acceso de Suárez a la cima del poder y el despliegue del proyecto de reforma política que había diseñado Torcuato Fernández Miranda, y que Suárez protagonizó mucho más allá del papel instrumental que le asignó inicialmente el sagaz político asturiano. A todos esos sucesos accedió el autor como un ávido estudiante de periodismo que contaba con el privilegio de estar muchísimas veces en el centro de la noticia, lo que le transformaría también en fuente de la misma. Los capítulos siguientes cubren los restantes años de la presidencia de Suárez y la prolongada decadencia física en la que hoy se halla sumido. Es ya un relato mucho más distante en el que, sin embargo, no faltan datos de interés como el de la actuación de Fernando Abril en el asalto de los barones de UCD al liderazgo de Suárez.

Un testimonio, en definitiva, apasionado, pero lleno también de penetración psicológica y aportaciones informativas de primera calidad.