Image: El olvido de la razón

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Ensayo

El olvido de la razón

Juan José Sebreli

4 octubre, 2007 02:00

Juan José Sebreli. Foto: Debate

Debate, 2007. 448 pp., 25 e.

El autor de esta obra es un filósofo argentino de amplio registro. Nacido en Buenos Aires en 1930, Juan José Sebreli era casi desconocido en España hasta la aparición de El olvido de la razón. Ensayista, analista político, profesor y traductor, su extensa obra ha recibido distintos premios en Argentina. Por desgracia, la fotografía del autor con la que la editorial ha querido visualizarle ante sus lectores resulta inapropiada. Una foto de estudio más propia de una estrella folclórica -busto repeinado mirando a cámara- que de un pensador que ha criticado el irracionalismo "desde la perspectiva de una historia de las ideas políticas y sociales en El asedio de la modernidad (1991) y desde la estética y la sociología del arte en Las aventuras de la vanguardia (2000)". Este libro en cierto modo lleva la discusión "al ámbito de la filosofía".

En esta entrega -Sebreli está preparando un cuarto texto dedicado a teóricos de la ciencia política- el hilo narrativo está trenzado con la mezcla de la crítica al irracionalismo y a la postmodernidad, o, como el autor prefiere decir, la antimodernidad. El olvido de la razón parte de la revisión de las ideas de pensadores y escritores que en el siglo XIX conforman un núcleo de resistencia a los ideales universalistas, seculares y racionales de la Ilustración. La cabeza de ese movimiento la pone en el romanticismo de Herder y en su énfasis en todo aquello que tiende a separar y dividir a la humanidad concebida como un todo por los ilustrados: la nación, la etnia, la raza, la religión, el folclore, o lo singular e intransferible de cada comunidad. Schopenhauer, "el verdadero padre del irracionalismo moderno", junto con Dostoievski y Nietzsche pondrían las bases de la nefasta transformación de la filosofía en arte, de la estetización de la vida y del pensamiento. Con todo ello se abrirían las puertas a la interpretación irracional del mundo.

La antimodernidad de Heidegger la ve Sebreli en su primer artículo de 1910. Al análisis de la sinrazón heideggeriana y su relación con el nacionalsocialismo alemán van dedicadas muchas páginas, quizá demasiadas. Su afirmación de que "a la España franquista Heidegger llegó de la mano de los jesuitas, que lo usaban contra el ateísmo sartriano", o las relaciones que establece entre el filósofo alemán, los falangistas, Ortega y Gasset, Aranguren o Zubiri son tan esquemáticas como inexactas y descontextualizadas.

Tras Heidegger, Sebreli se ocupa del psicoanálisis, ese saber que impregna el vocabulario de la segunda mitad del siglo XX. De secta casi esotérica en el XIX a fenómeno de masas a mediados del XX. Páginas brillantes, a veces crueles, en torno al papel jugado por la noción de inconsciente. Sigue el volumen con las páginas dedicadas a destripar la nefasta influencia del estructuralismo en el pensamiento actual. Es quizá lo mejor del libro por su originalidad, concisión y dominio del tema. Sebreli hace un recorrido que arranca en el estructuralismo francés iniciado por Lévi-Strauss a finales de los 50 y comienzos de los 60. Reemplazada la "conciencia" por la "inconsciencia de la estructura", los estructuralistas se hacen tras el mayo francés con el poder universitario. Lévi-Strauss, Althusser, Foucault, Barthes, Bourdieu, Deleuze o Lyotard exaltan el relativismo cultural, la primacía de lo particular sobre lo universal y sientan las bases filosóficas del nacionalismo, el fundamentalismo y un sinfín de formas antioccidentales. Reducida la historia a la nada, la identidad triunfa sobre la libertad. Muerto el sujeto, la french theory salta a Estados Unidos y se consolida. En las páginas sobre Foucault, Sebreli marca la evolución de un pensamiento contradictorio y cambiante. Tras un breve repaso a lo que Sebreli denomina "otras voces", se cierra este volumen de digestión lenta con la reivindicación del humanismo de rostro humano.