Goebbels: Diario de 1945
Joseph Goebbels
1 noviembre, 2007 01:00Boda de Joseph y Marta Goebbels (Berlín, 1931). Detrás, con sombrero, Adolf Hitler. Foto: Archivo
Diario de 1945 ofrece una imagen muy expresiva del clima moral en el que se produjo el hundimiento del nazismo y de los asesinos visionarios que lo inspiraban y dirigían
El contenido del libro son las anotaciones que Goebbels dictó para su diario entre el 28 de febrero y el 10 de abril de 1945, antes de suicidarse, en compañía de su mujer y de sus seis hijos, el 1 de mayo, pocas horas después de que lo hiciera Hitler. En la entrada de aquel último día de abril sólo se transcribía el parte militar de lo que era ya un desastre militar sin paliativos, que no dejaba ningún resquicio para la esperanza de los jerarcas nazis.
Acababa allí una trayectoria política que se había iniciado en 1924, cuando Goebbels se unió al partido nazi a los 27 años y buscaba, desesperadamente, un lugar de trabajo en el mundo de la literatura y el periodismo. La militancia política se lo procuraría, a la vez que le sirvió para demostrar unas extraordinarias dotes oratorias que le mantuvieron como ministro de Propaganda desde 1933 hasta la caída del régimen. Y todo ello, a pesar de un físico que estaba muy alejado de los ideales apolíneos de la raza aria, y de una cojera que se convirtió en un obstáculo para vestir los uniformes militares tan del gusto de los dirigentes nazis.
Las anotaciones aquí contenidas se abren con una afirmación extraordinariamente reveladora del clima de ensoñación enfermiza que presidió los últimos días de aquellos asesinos visionarios: "Tenemos que ser como fue Federico el Grande, y comportarnos de la misma manera, El Föhrer está completamente de acuerdo conmigo cuando le digo que nuestra ambición debe ser procurar que, si dentro de 150 años se produjera en Alemania una crisis igual de grande, nuestros nietos puedan recurrir a nosotros como ejemplo heroico de la perseverancia".
Lo que sigue, a lo largo de más de 350 páginas excelentemente traducidas por Beatriz de la Fuente, es una crónica detallada del acelerado desastre militar, con reflexiones, no siempre bien fundamentadas, sobre las posiciones de las autoridades aliadas, y reclamaciones permanentes a una política de mano dura para enderezar la situación alemana. En ese sentido, se da cumplida noticia de procedimientos sumarísimos contra los considerados culpables de la derrota, y de las ejecuciones que los siguieron. También de las denuncias contra dirigentes traidores, entre los que Güring ocupa siempre un lugar destacado.
Este volumen, en cualquier caso, tiene el valor añadido de ofrecer una imagen muy expresiva del clima moral en el que se produjo aquel hundimiento.El libro, por lo demás, ha sido editado con mucho esmero, con apéndices, índices, referencias de fuentes y una detallada cronología que sirven para centrar un texto que, por sí sólo, resulta ya absorbente para el lector.