Image: A la intemperie Exilio y cultura en España

Image: A la intemperie Exilio y cultura en España

Ensayo

A la intemperie Exilio y cultura en España

Jordi Gracia

29 enero, 2010 01:00

Ramón J. Sénder, en su exilio estadounidense en 1968. Foto: Carlos Fontseré

Anagrama, 2010. 256 páginas, 16'50 e.


Jordi Gracia (Barcelona, 1965) es un catedrático de la Universidad de Barcelona que tiene una autoridad reconocida en el campo de la historia de la cultura española en los años del franquismo. Desde mediados de la década de los noventa ha venido dedicando una detenida atención al mundo de la prensa y la literatura y sus trabajos sobre Dionisio Ridruejo han supuesto una completa recuperación del personaje. También ha resultado decisiva su visión de la resistencia silenciosa (2004) y el señalamiento del despertar de una conciencia crítica bajo el franquismo (2006).

Ahora ha volcado su atención sobre el exilio español con un ensayo de historia intelectual, breve pero pleno de sentido, en el que desmenuza los muchos matices de un fenómeno que afectó profundamente la vida española en el más de medio siglo que siguió al desencadenamiento de la guerra civil.

El exilio fue un fenómeno de grandes proporciones. En el libro se nos habla de cuatrocientos mil exiliados a Francia, de los que doscientos cincuenta mil regresarían a España en un plazo inmediato. Aún así quedarían en suelo francés casi ciento cincuenta mil personas, a las que hay que añadir las que recalaron en el continente americano, que tal vez no llegaran a las veinte mil.

En todo caso este libro no persigue los grandes números, ni las dimensiones globales del fenómeno que, como reconoce el propio autor, desborda sus objetivos y sus capacidades. Se trata, por el contrario, de brindar claves para la interpretación del exilio a partir de testimonios que, por muy numerosos que sean, no dejan de constituir una parte reducida en el conjunto de quienes tuvieron que sufrir aquel tremendo desgarro.

El exilio resulta siempre una situación sobrevenida y, en su misma rotundidad, inesperada. Resulta casi imposible percibirlo en sus inicios como una situación prolongada y el primer acierto de este libro consiste en la sabia fijación de los tempos de asimilación de esa nueva realidad. Desde la tregua inicial, que algunos pretendieron ver en sus primeros momentos, hasta el cierre de las expectativas de un retorno que muchos otros pudieron apreciar a comienzo de la década de los cincuenta. El autor nos recuerda que Agustín de Foxá decía que a Franco lo salvó la guerra de Corea. Fue el momento en que los Estados Unidos y las demás potencias se hicieron a la idea de convivir con una dictadura que les resolvía necesidades estratégicas generadas por la guerra fría.

Otro acierto evidente del libro es la imagen de la reconstrucción de las relaciones entre el exilio y el interior de España. En el interior habían quedado los vencedores pero, también, muchos derrotados. La relación con los exiliados no fue siempre fácil, empezando por las resistencias de estos mismo a un contacto que los podía violentar íntimamente.

Pero esa relación se fue anudando desde muy pronto y respondía tanto a los intereses de los exiliados como a las necesidades de unos españoles que, dentro de la sociedad franquista, buscaban los caminos de la normalización y la homologación con las sociedades democráticas del entorno. Durante los años sesenta esa presencia se hizo mucho más intensa y no dejaría de acrecentarse hasta el final de la dictadura. Las fórmulas de integración de esos exiliados sería, por lo demás, muy variada ya que, para algunos de ellos (Buñuel, Sert, Salazar) sería precisamente el exilio el que les haría posible una plenitud profesional que tal vez no habrían alcanzado de seguir en España.

El libro está escrito con una evidente soltura y hasta, podría decirse un cierto descuido formal, pero se apoya en un abrumador manejo de fuentes primarias, la mayor parte de ellas impresas, que dan un tono muy vivo al relato y que convierten a las notas -sabiamente dispuestas al final- en un semillero de incitaciones para quienes quieran seguir profundizando en esos temas.

Es posible que, en la producción del profesor Gracia, este libro pueda ser considerado una obra menor o, tal vez mejor, una apertura hacia nuevos horizontes de investigación. Pero se trata de una reflexión profunda y provocadora que rechaza las visiones globalizadoras y simplistas para adentrarse en el apasionante entrecruzamiento de aventuras individuales que constituyeron el exilio español.