Image: Lecciones de los pobres. El triunfo del espíritu empresarial

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Ensayo

Lecciones de los pobres. El triunfo del espíritu empresarial

Álvaro Vargas Llosa (ed.)

29 enero, 2010 01:00

Álvaro Vargas Llosa. Foto: Erika Santelices

Trad. Jesús Fabregat. Espasa. Madrid, 2009. 385 páginas, 21'90 euros

Este libro reúne cinco historias empresariales: Daniel Córdova relata dos casos referidos a las bebidas no alcohólicas y a la industria textil; June Arunga y Scott Beaulier analizan un supermercado; Thomson Ayodele aborda el diseño de ropa; y M. Simonetta, G. Lazzari y G. Gasave explican los clubes de trueque. Con sólo esos datos, el asunto ya tendría interés, pero falta lo fundamental. No son simplemente unos casos empresariales más, sino las historias de notables éxitos empresariales en las peores condiciones imaginables en América Latina y áfrica, con la máxima inseguridad jurídica e incluso física, y con las peores políticas económicas posibles, como las intervencionistas, keynesianas y proteccionistas propiciadas por la CEPAL de Raúl Prebisch en América Latina.

Y en ese contexto hubo empresarios capaces de salir adelante prácticamente desde cero. Cuando pensamos en la "lucha contra la pobreza" pensamos en la ayuda exterior, pero este libro la condena por ineficaz y corrupta, y vuelve la mirada a los auténticos protagonistas: los propios pobres, porque la gente más modesta puede hacer maravillas sin complejos de culpa, sin responsabilidades sociales corporativas y otras gaitas intervencionistas, y empezando en un garaje, igual que Bill Gates, pero rodeados de terroristas, como les sucedió a los Añaños, la familia peruana que montó el imperio del refresco Kola Real, y que, como dice Daniel Córdova, "nos hace preguntarnos cuántas otras aventuras exitosas habrían generado considerable riqueza en un país como Perú si la actividad empresarial no fuera un acto de heroísmo cívico, sino una actividad normal". Cuando cuenta el caso de la textil Topy Top, que surgió de la energía de Aquilino Flores, que empezó lavando coches en Lima sin capital alguno, apunta Córdova: "es posible salir de la pobreza con la fuerza de la acción humana más cercana al mercado, acción que sería posible mediante la reducción de la intervención estatal, el exceso de impuestos y las cargas burorocráticas".

Los demás casos son parecidos e igualmente aleccionadores, porque se refieren siempre a personas muy modestas que tienen la iniciativa de hacer algo bueno y barato que sus conciudadanos estén dispuestos a comprar libremente, es decir, el mercado. Ese espíritu empresarial está siempre vivo, hasta para fundar una cadena de supermercados en Kenia, o una empresa de ropa en Nigeria. No hay círculos viciosos que condenen a los pobres a permanecer en la pobreza sin remedio. Al contrario, la verdadera lucha contra la pobreza debe partir de ellos, hay que prestarles atención y ver cómo consiguen ellos superar la miseria. Y siempre es con la libertad y a pesar del Gobierno. Los clubes de trueque en la Argentina, cuyos fundadores tenían principios antiliberales, en realidad siguieron los principios de Hayek en La desnacionalización del dinero y resolvieron un problema creado por las autoridades, que son las dueñas del dinero, y lo pueden manejar ocasionando calamidades sin cuento a sus súbditos, como hicieron en la Argentina.

Este interesante volumen, cuya traducción deja ocasionalmente algo que desear, explica con destreza que el Estado debe proteger la propiedad y garantizar las instituciones de la libertad, si realmente quiere ayudar a los pobres.