Image: Trías: Creaciones filosóficas I, y II

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Ensayo

Trías: Creaciones filosóficas I, y II

Eugenio Trías

5 febrero, 2010 01:00

Eugenio Trías. Foto: Begoña Rivas

Galaxia Gutenberg, 2009. Vol. I. 1080 pp. Vol II. 1538 pp. 75 euros c/v


No estamos ante una edición de las "obras completas" de Eugenio Trías (Barcelona, 1942), autor de más de treinta libros ofrecidos a sus lectores con admirable regularidad desde l969, fecha de publicación de La Filosofia y su sombra, hasta el 2007, en que vio la luz El canto de las sirenas. Ninguno de ellos ha sido, sin embargo, recogido en esta edición, en la que Trías (nos) ofrece una selección y una reordenación muy meditada de sus textos sin incorporar materiales inéditos. Pero lo esencial de Trías está en ella: lo esencial de una obra elaborada a lo largo de 40 años, en los que fue construyendo, paso a paso, su filosofía en función de intereses temáticos di versos, aunque unidos por una intención teórica que nunca ha hurtado en ella su presencia.

Sobre la vastedad de estos intereses -que van desde la estética a la ética y a los más centrados en su propia aventura filosófica: la Filosofía del Límite-, no hará falta insistir demasiado. Pero sí convendría hacerlo sobre su unidad, interpretable como fruto sostenido de "un compromiso espontáneo con la filosofía entendida en sentido radical, como reflexión sobre el sentido del ser y del existir". Una reflexión categorizadora, como corresponde a su vocación ontológica última, que Trías ha desarrollado hasta consumarla en un sistema. Pero no en un sistema al modo tradicional, sino en el de la propuesta activa y creadora de un mapa articulado y abierto del Mundo, capaz de expresar lo singular y concreto en un plano ideal y universal.

El hilo con el que Trías ha tejido tan vasto tapiz es la Idea ontológica o metafísica, de Límite, heredada de la gran tradición filosófica, de Platón a Heidegger, por él recreada y elevada a la condición de centro ideal de sentido en el que alientan y al que remiten los interrogantes radicales, propiamente transhistóricos, de nuestra especie, caracterizada, por otra parte, por su estatuto limítrofe. "Somos los límites del mundo". Como el ser es "ser del límite". Ya en cierto modo en sus primeras obras, pero sobre todo a partir de ese punto de inflexión representado por el que para muchos es su mejor libro, Los límites del mundo (l986), Trías ha definido el límite en un sentido próximo al del limes del Imperio Romano: "una franja leve, quebradiza, marginal, pero susceptible de ser habitado, y en todo caso situada en el intersticio entre lo que los romanos concebían como su mundo y el más allá (bárbaro o tártaro)". Un límite que no es algo que nos impide avanzar [...]. Es puente y puerta, comienzo y fin. Tiene y ofrece "accesos hermeneúticos a lo que se halla más allá del trazado que establece".

Fiel al sentido último de su empeño, y a la convicción de que la filosofía es un acto de creación, Trías ha escogido para su compilación el rótulo de creaciones filosóficas. Unas creaciones que toman cuerpo en ejercicios ensayísticos, en el sentido de experimentos, no exentos de cierta "voluntad de tratado". La escritura que Trías pone en obra, y de la que se sirve para su creación, es una escritura filosófica "con antenas poéticas".

En cualquier caso, se equivocaba Unamuno cuando escribía que "nuestra filosofía, la filosofía española, está líquida y difusa en nuestra literatura, en nuestra vida, en nuestra acción, en nuestra mística y, sobre todo, no en sistemas filosóficos. Es concreta". Que nuestra lengua, como toda lengua culta, "lleve implícita una filosofía" es cierto, sin duda. Pero ni el arte y la literatura han sustituido en nuestro universo cultural a la filosofía, ni la filosofía española está hoy "líquida y difusa" en ellos. Lo que en alguno de sus máximos representantes encontramos es un singular pálpito filosófico. Pero es un palpito que ni sustituye ni agota el sentido de la verdadera propuesta filosófica, sino que bebe de ella. Otra cosa es que, a consecuencia tal vez de este y otros tópicos, haya ido imponiéndose la idea de que la poesía, la narrativa y la ciencia, cubren el aspecto entero -o el esencial- de la cultura. Con el resultado obvio de dejar fuera lo que constituye la autoconciencia crìtica de toda cultura medianamente madura: la filosofia. Pero dejemos la palabra al propio Trías: "estilizada en conceptuación filosófica, la inteligencia halla en esa literatura de conocimiento un modo de expresión de la mejor verdad humana; y una gesta épica de desafío en torno al misterio que nos rodea, situado al filo mismo del límite entre lo accesible a nosotros y el arcano". Aunque sólo fuera por eso habría que saludar la aparición de estos volúmenes, que ponen lo esencial de uno de nuestros filósofos más creativos al alcance de un público no reducido a los límites de la Academia, como un auténtico acontecimiento cultural.