Ensayo

Luces sobre una época oscura (El toreo a pie del siglo XVII)

Gonzalo Santoja

2 julio, 2010 02:00

Everest. Madrid, 2010. 320 páginas, 29'95 euros


Muchas cosas van a cambiar en la percepción tradicional del origen y desarrollo de las corridas de toros después de este libro de Gonzalo Santonja (Salamanca, 1952), que no es un escritor taurino al uso. Antes de meterse en la historia del toreo del XVII estudió el expolio del tesoro artístico de Castilla y León, Museo de Niebla, o la literatura repúblicana en el exilio, Los signos de la noche. El director del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua tiende en sus indagaciones a una especie de peregrinaje de la cultura. Y siempre, como soporte de una erudición contrastada, una prosa magnífica.

A todas estas virtudes, une aquí una pasión taurófila acreditada a pie de obra, en las plazas de toros. Para un texto tan amplio en el que maneja documentos inéditos ha trabajado en Archivos de Valladolid, Avila, Salamanca y Segovia y en libros de numerosos investigadores. El resultado son 400 páginas que iluminan el pasado y prefiguran el presente. Reconoce la necesidad de superar cualquier localismo restrictivo y aporta una visión nacional e integradora. Acepta la teoría de Blanco White de que Sevilla ha llevado la Fiesta a la perfección, pero niega que fuera la cuna y origen del toreo. Esos orígenes se entrecruzan en Valladolid, Córdoba, Bilbao, Pamplona, Cadiz, Salamanca, León y otras provincias de perfilan la pluralidad de un mapa nacional. De ahí el nombre genérico: Fiesta Nacional. Según Santonja, el toreo de a pie no es una secuencia posterior a la corrida caballeresca. El pueblo, cierto, toma el relevo de la nobleza cuando ésta, con la llegada de los borbones antitaurinos, abandona la corrida. Pero la Fiesta era clamorosamente popular en el XVII y "los orígenes del toreo a pie se pierden en la noche de los tiempos". Lo que hace el XVIII es democratizar la Fiesta. Los toreadores profesionales, a los que Alfonso X el Sabio anatematizaba de "enfamados", se organizan pronto "por precio". Cierto que eran ayudadores de los caballeros, pero en las suertes de a pie los superaban; lo cual explica que acabaran siendo los "amos" y que diesen a la corrida la estructura aproximada que tiene hoy.

Luces... aporta numerosos datos sobre el devenir de la Fiesta. No es un libro de diversión sino de conocimiento. Una forma, en definitiva, de legitimar históricamente una Fiesta que se legitima por sí misma por su hondo calado en la mentalidad de muchos españoles. Acaso sea excesivo llamarla Fiesta Nacional, pues hay españoles que abominan de ella. Pero su dimensión integradora es inobjetable. En este sentido coincide Santonja con Ortega: "la palabra toro no es un concepto tan genérico como bull para un inglés; me refiero a un español que lleve en las venas la tradición nacional".