Ensayo

El Duque de Lerma

Alfredo Alvar

19 noviembre, 2010 01:00

El Duque de Lerma (1603). Por Rubens

La Esfera de los Libros. Madrid. 2010. 668 páginas, 24 euros.


La figura de don Francisco de Sandoval y Rojas, primer duque de Lerma y valido de Felipe III, ha sido objeto en los últimos años de dos estudios monográficos de indudable calidad, a cargo respectivamente de Antonio Feros y Patrick Williams, a los que se une ahora el libro de Alfredo Alvar. La atracción suscitada por el personaje y su gobierno, no solo prueba el auge de los estudios históricos dedicados a la política en la España de los Austrias, sino también el interés por el fenómeno del validismo -Lerma es propiamente el primer valido de la España moderna-, por el estudio de las clientelas y bandos políticos, o por el de la utilización del poder en beneficio de los propios intereses.

Unas semanas después de que apareciera en las librerías la edición española del libro de Patrick Williams (El gran valido. El duque de Lerma, la corte y el gobierno de Felipe III (1598-1621)), editado por la Junta de Castilla y León, lo hace el de Alvar, cuyo subtítulo, Corrupción y desmoralización en la España del siglo XVII, da ya una idea de la orientación que ha buscado a su estudio. A diferencia del de Williams -y el anterior de Feros-, a los que podríamos unir otra serie de trabajos sobre los validos que analizan el caso de Lerma, más que de un estudio de historia política se trata de acercarse al personaje y al sistema por él creado, que el autor define con dos términos categóricos y negativos: corrupción y desmoralización.

Alfredo Alvar (Granada, 1960) es un historiador bien conocido por los lectores de historia, sobre todo por sus libros dedicados a Isabel la Católica y a Miguel de Cervantes. Especialista en la España del Siglo de Oro, a la que ha dedicado numerosos trabajos, realiza un sugerente estudio del personaje y su obra, avalado por una exhaustiva consulta documental en archivos españoles y extranjeros, en la que destaca la localización y utilización del archivo personal del duque, lo que aporta un interés añadido. A ello hay que unir la pluma fácil y el estilo personal del autor, que establece con el lector un diálogo inmediato, cordial y sencillo, infrecuente entre los historiadores, pero muy apreciado seguramente por quienes se acerquen al libro desde un interés no profesional por la Historia. Alvar -perteneciente a una ilustre familia de filólogos y lingüistas- posee mimbres y bien pudiera convertirse en un autor de estudios históricos de éxito editorial, algo muy difícil de conseguir, pero que -seamos sinceros- a ningún historiador le amargaría.

En su estudio sobre Lerma hay otro elemento más, que contribuirá seguramente a esa cercanía con el lector: la vinculación explícita entre el pasado y el presente. Las comparaciones entre la corrupción y la desmoralización de aquel inicio del siglo XVII con las que se perciben también claramente en la política y los políticos actuales. En pocos casos como éste la cercanía entre el pasado y el presente se presenta más clara, y ello da pie al autor a reflexionar sobre la corrupción y la cleptocracia, que define como un sistema amoral.

El duque de Lerma, sombra -como dijera el historiador italiano Benigno- de un rey nada interesado por el ejercicio de sus responsabilidades, utilizó el poder en beneficio de sí mismo, su linaje y su facción política, logrando incrementar sus honores y su riqueza, así como los de sus fieles, hasta convertirse, no solo en duque, sino en una de las primeras fortunas de España. No fue ajeno, sin embargo, a los remordimientos finales de su conciencia, aunque en 1618, poco antes de perder el poder, había conseguido ponerse a salvo de la quema que afectó a varios de sus colaboradores logrando la concesión del capelo cardenalicio. ¡En fin! una historia bien conocida en muchos de sus aspectos, pero que se analiza ahora desde una inquietante perspectiva