Image: La flecha (sin blanco) de la historia

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Ensayo

La flecha (sin blanco) de la historia

Manuel Cruz

3 noviembre, 2017 01:00

Manuel Cruz

Premio Miguel de Unamuno. Anagrama. Barcelona, 2017. 232 páginas 18'90€. Ebook: 9'99€

Quien conozca la obra de Manuel Cruz (Barcelona, 1951), catedrático de Filosofía Contemporánea en la Universidad de Barcelona; quien haya frecuentado su sólida trayectoria de más de treinta títulos -avalada por premios de ensayo al que ahora se suma este "Miguel de Unamuno" (Anagrama, Jovellanos)- no se sorprenderá de la agilidad con la que en este nuevo libro conjuga la preocupación ética por el presente con la reflexión sobre los fundamentos de nuestra comprensión del pasado y el compromiso con una opción de progreso. Títulos como Las malas pasadas del pasado o Adiós, historia, adiós identifican el territorio fronterizo donde se instala lo más fecundo de su meditación, articulando filosofía de la historia, moral y política.

En este caso, el punto de partida es la percepción generalizada de que ya no existe un referente hacia el cual apuntar, orientando el rumbo colectivo de la historia. Con la crisis de los grandes relatos utópicos de la modernidad, el decretado "fin de la Historia" posmoderno vino a corroer la confianza en los esquemas de inteligibilidad con los que habíamos solido interpretar el curso de los acontecimientos. Pero Cruz no sólo se ha opuesto a esta dimisión del sentido, sino que nos ha advertido de los riesgos que comporta semejante renuncia. Ahora muestra lo certero de su advertencia. En particular, se pregunta hasta qué punto la centralidad de la cuestión de la memoria en el discurso contemporáneo no es síntoma de una falsa salida fetichista a todo aquel proclamado vacío de sentido. Por eso, lo más interesante de la tipología de la memoria esbozada en la primera parte, donde analiza los pros y contras de sus distintas modalidades (como memoria que enseña, legitima, cura o libera), es su conclusión crítica, al denunciar tantas formas en que dicha memoria se mitifica, abonándonos a la melancolía de lo irreparable, o se mistifica, convirtiéndose en fuente de legitimación de un presente falseado por un victimismo delirante.

Volcándose en un registro de actualidad, el texto va decantándose hacia una dimensión más viva y polémica, guiado por el análisis político del presente y, en concreto, de la situación española. Resulta difícil sustraerse a la oportunidad de leer las sugerencias de Cruz sobre estos usos torcidos de la memoria en aplicación directa al problema del independentismo catalán. En ese contexto alcanza especial pregnancia su sensata consideración de que si hay un deber de no silenciar el pasado y permitir que irrumpa en la conciencia del presente como instancia crítica, por otro lado, su conversión de medio en fin, su reificación como coartada ideológica para una identidad sin fisuras, que además se victimiza para excusarse de toda sujeción a la ley, es la forma más aberrante de manipulación regresiva del pasado, porque impide todo debate libre, abierto, sobre un futuro de convivencia democrática. Justo el carácter plural, heterogéneo de la memoria es lo que entonces se obtura.

Desprovista de criterio real para orientar la acción, esta política se abona a una estrategia de halago permanente a las masas, sin empacho en cambiar de mensaje si la táctica lo requiere. El siniestro viaje de la derecha catalana al populismo soberanista es un perfecto ejemplo de ello.

Por supuesto, leer este libro al hilo de la actualidad más inmediata tiene el riesgo de recortar su alcance teórico; pero por otra parte evidencia su mayor virtud: la de un libro intempestivo, que se pregunta por la utilidad de la historia para la vida con la clara voluntad democrática de devolver a la ciudadanía, una vez liberada de vacíos discursos de peligroso énfasis, la posibilidad de decidir por sí misma.