Lugares fuera de sitio
Sergio del Molino
7 diciembre, 2018 01:00Valla que rodea la frontera de Melilla, uno de los lugares protagonistas de este volumen
Lugares fuera de sitio ha obtenido el Premio Espasa 2018. Un libro que lleva al lector a enclaves que puntean el territorio español. Espacios rodeados por peculiares fronteras en los cuales se estructuran singulares formas de convivencia. Gibraltar, Melilla, Ceuta, Olivenza, Rihonor de Castilla, Llívia, Andorra, el Condado de Treviño, Valle de Villaverde, Rincón de Ademuz y Petilla de Aragón son los lugares escogidos. Enclaves fronterizos que en estas páginas cobran vida nueva y se engarzan en un relato que trata de desvelar conflictos y dilemas que arman y tensionan sentimientos encontrados.Su autor, Sergio del Molino (Madrid, 1979), es un periodista y escritor de obra sólida y variada que se mueve con facilidad entre el ensayo y la ficción como pudimos apreciar en La hora violeta (Mondadori, 2013). Un potente texto que refleja el dolor producido por la enfermedad y muerte de su hijo Pablo. Recibió el Premio Ojo Crítico y Tigre Juan, entre otros, y fue clave para que en 2013 El Cultural le seleccionase como uno de los mejores doce novelistas españoles menores de cuarenta años. En 2014 apareció su novela Lo que a nadie le importa y en 2017 La mirada de los peces (ambas publicadas por Penguin Random House).
Si recurrimos a la terminología de las series televisivas podríamos decir que Lugares fuera de sitio es un spin-off de La España vacía (Turner, 2016). Una obra que recibió el Premio de los Libreros de Madrid al Mejor Ensayo y el Premio Cálamo al Libro del Año. Un texto que nos adentra en la España poco poblada. (Según sus datos, el 53,12 por ciento de la superficie española, 268.083 kilómetros cuadrados de 504.645, tiene sólo el 15,75 por ciento de la población. El 9,98 por ciento si descontamos las capitales de provincia).Este libro, una suerte de
Pese a la escasa novedad de un tema -la España interior- que ha sido tratado con profusión desde los autores de la Generación del 98 (Lucas Mallada, Joaquín Costa, Ricardo Macías Picavea o Damián Isern), lo cierto es que Sergio del Molino sedujo a miles de lectores con su rica prosa.
En Lugares fuera de sitio el escritor repite su fórmula mágica, ensayada en los años que trabajaba para el Heraldo de Aragón y el periódico le enviaba con un fotógrafo a buscar historias de interés humano en lugares remotos. Entonces se formó el viajero que observa, anota, se documenta y escribe. No es un mero recurso que el primer capítulo de este volumen comience por referirse al Johann W. von Goethe de Viaje a Italia. Corre el verano de 1786 y el genio alemán debe detenerse en Malcesina, un lugar situado en el límite entre la República de Venecia y el Imperio austriaco. Al ponerse a dibujar las ruinas del castillo local es tomado por espía y retenido. Este incidente da pie a nuestro autor para iniciar su reflexión en torno al significado de las fronteras, primero las europeas y luego las españolas.
Tras esta reflexión inicial que marca el campo ideológico, el lector se adentra en el núcleo central: Gibraltar, Ceuta y Melilla. "Para los amantes de los lugares inclasificables, neuróticos, aislados, anacrónicos y molestos, Gibraltar es como un ochomil para un alpinista". El Peñón, reliquia en Europa del rapaz imperialismo británico, refugio fiscal, dispara, sin embargo, la anglofilia de Sergio del Molino. El té de las cinco, el restaurante del Rock Hotel, la biblioteca de los oficiales de la Royal Navy, se mezclan con entrevistas hasta producir un texto de lo más apetecible. El entorno de Gibraltar entra en el relato, siendo La Línea la fea de la película.
"Melilla es una teoría de la guerra civil. Toda la tragedia de España, en cuya estela aún nos zarandeamos, empezó aquí". Sergio del Molino pone en el frustrado intento de fuga de Abd el-Krim del fuerte de Cabrerizas Altas en 1915 el origen, remoto eso sí, del enfrentamiento. La Guerra del Rif y el desastre de Annual, el pronunciamiento del general Primo de Rivera en 1923 y los militares africanistas serían los antecedentes del conflicto de 1936. La Ceuta que no puede competir con Tánger es también, al igual que Melilla, la frontera europea con África. Los límites y sus problemas se hacen humanos. El porvenir asoma incierto.
El resto de los lugares que completan este vibrante mosaico completan una original y trabada perspectiva de territorios frontera. Al final, una reflexión sobre España y sus límites lúcida y turbadora.