Dime preciosa
Yolanda M. Martínez
20 septiembre, 2000 02:00Diez relatos, de muy diversas extensiones componen Dime, preciosa: desde los más largos, próximos a la "nouvelle", como "Lealtad", a los más breves, prácticamente microrrelatos, como "Asco". Las temáticas abarcan un amplio catálogo de seres abandonados, descontentos, obsesionados con algún detalle de sus existencias ya sea la paternidad o la dualidad amor/sexo -ambos, temas recurrentes de su autora- y crueles hasta la exasperación -es un buen ejemplo el protagonista de "Asesino", que planea asesinar al hijo de su compañera sentimental. A través de las miradas de estos personajes se adentra la autora -y muy bien, por cierto- en el difícil terreno de las emociones, desde las más diáfanas a las más inconfesables, y las agita a los ojos del lector con una enorme habilidad. Parecen deudores sus personajes de aquellos otros de Chejov, obsesionados con una nimiedad, o de los de Zweig, perseguidos por su propia reprobación. Martínez Ortuño hace hablar a sus personajes, de modo que su libro es también una suerte de catálogo de las posibilidades de la primera persona, menos logrado en lo que se refiere a caracterización de los narradores, aunque sorprendente. Como el libro entero.