Novela

Dime preciosa

Yolanda M. Martínez

20 septiembre, 2000 02:00

Huerga & Fierro. Madrid, 2000 103 páginas, 1.650 pesetas

Si para un editor es arriesgado descubrir nuevos novelistas, más aún lo es descubrir nuevos cuentistas. Y no sólo porque la mayoría de los lectores sigue siendo impermeable a este género, también porque es muy difícil encontrar entre las nuevas voces quien esté preparado para esta difícil gimnasia literaria que supone escribir un buen cuento. Para la autora, Yolanda M. Martínez Ortuño (Murcia, 1965) es este un buen principio, sobre todo porque el atrevimiento viene respaldado por otros valores literarios igualmente infrecuentes. Y para Antonio Huerga, el editor, este libro no es sino la continuación de una política editorial que viene desarrollando desde hace años: la de descubrir nombres.

Diez relatos, de muy diversas extensiones componen Dime, preciosa: desde los más largos, próximos a la "nouvelle", como "Lealtad", a los más breves, prácticamente microrrelatos, como "Asco". Las temáticas abarcan un amplio catálogo de seres abandonados, descontentos, obsesionados con algún detalle de sus existencias ya sea la paternidad o la dualidad amor/sexo -ambos, temas recurrentes de su autora- y crueles hasta la exasperación -es un buen ejemplo el protagonista de "Asesino", que planea asesinar al hijo de su compañera sentimental. A través de las miradas de estos personajes se adentra la autora -y muy bien, por cierto- en el difícil terreno de las emociones, desde las más diáfanas a las más inconfesables, y las agita a los ojos del lector con una enorme habilidad. Parecen deudores sus personajes de aquellos otros de Chejov, obsesionados con una nimiedad, o de los de Zweig, perseguidos por su propia reprobación. Martínez Ortuño hace hablar a sus personajes, de modo que su libro es también una suerte de catálogo de las posibilidades de la primera persona, menos logrado en lo que se refiere a caracterización de los narradores, aunque sorprendente. Como el libro entero.