Con cinco libros en su haber, el nombre de Anne Serrano se asienta con firmeza en el terreno de la literatura para niños y jóvenes. Autora de dos novelas recientes, La caja de Andersen (SM) y échate una mano, pero no al cuello (Nuer) el texto que es motivo de estas líneas es una rara avis en la producción literaria de su autora, que por primera vez se ha planteado la escritura de una pieza dramática. Hay que puntualizar, no obstante, que su relación con el teatro es antigua y diversa: es licenciada en Arte Dramático, ha impartido clases de diversas materias relacionadas con los escenarios y es fundadora y actriz de una compañía. No es de extrañar, pues, que haya abordado un texto como éste y que al hacerlo haga uso de un amplio abanico de recursos.

Esta pieza, dividida en cuatro actos, es una parodia sobre la televisión en general y sobre los concursos en particular. Presentadoras desquiciadas, concursantes preocupados por llevarse un premio absurdo y secretarias odiosas conforman el dramatis personae de una pieza repleta de guiños a programas de televisión de sobra conocidos. El trasunto, más profundo que la mera sátira, tiene algo de Peter Pan y algo de Giani Rodari -el magnífico pedagogo y narrador italiano-: se trata de crecer cuanto antes, dejar de ser niño para incorporarse al mundo de los adultos. ¿Y qué mejor modo de hacerlo -propone Anne Serrano- que cayendo cuanto antes en la estupidez que la televisión genera en la mayoría de la gente? Estimulante planteamiento. Nada estimulante, en cambio, resulta la edición, plagada de erratas. El libro merecía algo mejor.