Novela

Los diarios clandestinos de Blancanieves

Jesús del Campo

25 julio, 2001 02:00

Debate. Madrid, 2001. 270 páginas, 2.600 pesetas

Propone el pedagogo y narrador italiano Giani Rodari en su "Gramática de la fantasía" preguntarse qué pasa después que se cierran las historias. Qué viene a continuación del "fueron felices y comieron perdices", o qué sucedería si las cosas fueran todo lo contrario de lo que nos han contado. Pues bien, algo de todo ello hay en este debut literario del asturiano Jesús del Campo, del cual sólo sabemos por la escueta ficha biográfica que es, además de novelista, "traductor, viajero y doctor en Filología". El autor se ha preguntado "¿y después qué?" partiendo del cuento de Blancanieves. Y ha hecho arrancar la trama en el momento en que termina el cuento clásico: el de la huida a través del bosque en compañía del flamante príncipe, pero dando un giro radical a la focalización del cuento: es una Blancanieves-diarista la que narra sus propias vivencias.

Unas vivencias que van mucho más allá del "comieron perdices": ni ella ni su apuesto marido son felices -eso habría sido muy aburrido- y las perdices escasean en los menús, aunque ella se esfuerce por prepararlas. Como siguiendo varios de los postulados de Rodari, el autor sitúa a sus personajes en un reino zarandeado por las revueltas sociales. Un reino donde Blancanieves compra en Armani y donde los casos de corrupción son lo más común. Y si nunca nada ha sido idílico, menos lo será cuando la revolución triunfe y Blancanieves deba rebajarse a trabajar -en una hamburguesería primero, luego en una emisora de radio- y atender a su suegra enferma de Alzheimer. Sus escapatorias serán la literatura -frecuenta las reuniones del librero Euclides, uno de los mejores personajes de la trama- y la infidelidad. Pero las cosas irán a peor cuando el príncipe sea asesinado, y Blancanieves deba reparar en el extraño sentido de una existencia marcada, como todas, por la búsqueda de una felicidad huidiza.

Una novela madura, bien contada -el estilo es algo frondoso pero irónico e inteligente-, con personajes muy bien construidos y que, además del juego metaliterario, sirve una profunda reflexión sobre los límites de la felicidad y sus consecuencias. No se la pierdan.