Image: Cuentos de las dos orillas

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Novela

Cuentos de las dos orillas

ANA MARÍA NAVALES

12 septiembre, 2001 02:00

Prames-Las Tres Sorores. Zaragoza, 2001. 276 págs., 2.100 ptas.

Junto a varios ensayos literarios y más de media docena de libros de poesía, la escritora aragonesa Ana María Navales tiene en su haber unos cuantos volúmenes de cuentos que acreditan su asidua dedicación a este género narrativo.

En Cuentos de las dos orillas se ofrece una muestra variada de lo más representativo de su producción. Los textos aquí recogidos abarcan veinte años de creación ininterrumpida, ya que el más antiguo pertenece a un libro de 1981 y el más reciente vio la luz en una revista hace apenas unos meses. Buena ocasión esta, por tanto, para revisar los caracteres y la evolución de la obra cuentística de Ana María Navales, impresa a veces en colecciones de escasa difusión. Así han parecido entenderlo los editores de esta compilación antológica al colocar al comienzo del volumen (págs. 9-37) una introducción de Manuel Rico titulada "La voz narrativa de Ana María Navales" que, lejos de cumplir la función de simple delantal cortés, constituye una excelente y sintética glosa de ciertos aspectos esenciales en la literatura de la autora.

Hay aquí, en efecto, relatos que obedecen a los supuestos de lo que podríamos entender como "realismo social" -un realismo, eso sí, muy depurado, muy estilizado, muy depurado expresivamente-, con su inevitable carga de denuncia. "Cosas de ayer", sombrío esbozo del mundo rural, o "La frontera", que evoca la huida a Francia de los republicanos españoles en los últimos meses de la guerra civil, pueden servir como acabados ejemplos de esta estética narrativa. No se encuentra aquí, sin embargo, lo más definidor en la obra de Ana María Navales. Lo que predomina en su literatura -y en estos cuentos- es precisamente la literatura. No es sólo que abunden las referencias literarias, las citas, los intertextos deliberados, sino que muchos relatos son extensiones o derivaciones libérrimas de obras, pasajes y autores muy diferentes. El conocimiento de la literatura epistolar que, como investigadora, posee Ana María Navales, explica además la composición de algunos relatos. Así, "Mi corazón está contigo" es una carta que Virginia Woolf dirige a su amiga Ethel Smith; "La quincena terrible" está constituido íntegramente por una larga epístola que una dama zaragozana dirige en 1798 a Giacomo Casanova, a la sazón un anciano achacoso acogido como bibliotecario por el conde Waldstein. Configuración epistolar tiene igualmente "última carta desde las Indias", cuya lectura hay que relacionar con el espléndido relato "Zacarías, rey". Gran parte de la literatura de Navales se nutre directamente de literatura -desde Homero al grupo de Bloomsbury-, y bien puede afirmarse que nos encontramos ante una escritora que contempla el mundo sub specia litteraturae. Ve, oye y siente a través del filtro literario. Por eso no podrá ser nunca una autora "popular". Encontrará su eco natural en lectores empedernidos, en lletraferits incurables, en degustadores de exquisiteces, alusiones minoritarias, guiños literarios para cofrades. Una inmensa minoría.