El sino
EDUARDO KEUDELL
12 diciembre, 2001 01:00Una quincena de textos compone esta colección heterogénea de textos, algunos tan breves que podrían considerarse microrelatos. Otros podrían entrar de lleno en la categoría de poemas en prosa. Lo cual confirma que Keudell no es, ni mucho menos, un narrador amante de etiquetas o moldes, sino más bien todo lo contrario. Los suyos son relatos de escasa narratividad -cuando no nula-, que comparten ubicación, estilo o gusto por el detalle, y que beben, sobre todo, de la recreación de atmósferas y de la descripción de personajes. Así, abundan los textos en que toda la acción depende de lo poco que sabemos de uno o varios personajes -como "Breve historia del dolor"-, o de uno o varios escenarios -"El sino"-, y muy a menudo la prolija descripción, la escasez de los diálogos, desemboca en la creación de atmósferas opresivas que parecen obligar a los protagonistas a repetir sin fin unas mismas pautas de conducta.
No faltan tampoco los juegos, los guiños literarios -lo borgiano es evidente en "El autor anónimo Alomías Robles"- o los trasuntos históricos no faltos de complicidades -"La fundación"- e incluso un profundo lirismo que a veces puede cargarse en exceso de tintas -el paradigma podría ser, a mi juicio, "Parece mentira". Y todo sucede en el hilo conductor de un estilo sobrio y reposado, deudor del verso pero conocedor de los mecanismos de la prosa, que otorga al conjunto, de por sí poco amalgamado, un común denominador cargado de sentido. Un libro que sólo hace concesiones a la literatura de verdad.