Un hombre suave
Álvaro Salvador
13 febrero, 2002 01:00Un hombre suave es una historia que podría encasillarse con facilidad en el género negro. Sin embargo, va más allá el autor cuando se propone retratar una generación -la de la transición- y las grandezas y miserias de un momento político y sociológico muy concreto de nuestro país. Así, el protagonista, además de verse inmerso en las trepidantes situaciones a que nos lleva la saltarina cronología de la voz narrativa, sufre las consecuencias de un tiempo que le empuja a los enfrentamientos con la policía o al descubrimiento de los paraísos artificiales de la droga. Sin que falte la necesaria dosis de intriga, bien manejada a través de un pasado que el lector irá desvelando, cumpliendo así las expectativas que el autor prometía desde el principio. Como único reproche, hay acaso cierto maniqueísmo en el tratamiento de las escenas -en especial las de cama- y una tendencia a la rimbombancia en los diálogos. Menos mal que el ritmo de la acción, trepidante, y el interés que despierta cada detalle nos distrae también de esos pequeños pecados veniales. Nos entretiene. En el mejor sentido de la palabra.