Mantra
Rodrigo Fresán
20 marzo, 2002 01:00El recorrido que se hace en Mantra por México D. F. es una visión apocalíptica que converge tanto con Blade Runner como con las pesadillas enfermas de David Lynch. La propia obra se pliega a ese ritmo frenético de imágenes desgajadas que ofrece la ciudad. No es extraño que su visión sea neurótica y la mirada de sus personajes sea igual a la de un extranjero que contempla todo desde otro lado: dibujan los retazos de una biografía personal y también una topografía sentimental donde se mezcla el cómic, las telenovelas, el cine, una disparatada historia familiar y una infancia intrépida y alucinada.
Fresán ha encontrado en este viaje al abismo mexicano un vasto territorio para su desbordante imaginación, para llevarnos a esos lugares insólitos y extrañamente familiares que pueblan nuestra mitología contemporánea. El resultado, pese a sus excesos, está a la altura de su ambición. Una ambición que se detecta en su forma de contar, en su enorme cultura, en el carácter hipnotizador de su prosa y en el despliegue espectacular de su talento.