Image: Matar para vivir

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Novela

Matar para vivir

Alfonso Rojo

1 mayo, 2002 02:00

Alfonso Rojo. Foto: Mercedes Rodríguez

Plaza & Janés. Barcelona, 2002. 220 páginas, 19’50 euros

Primero periodista, corresponsal de guerra, hombre de acción. Después su experiencia la condujo hacia libros que dieron cuenta de lo vivido por él desde ese oficio que le permitió asistir directamente a los conflictos bélicos que han marcado el final del siglo XX en Europa.

Más tarde esos dos grandes frentes de su vida se han convertido en el combustible indispensable de novelas que acogen historias inventadas al calor de sucesos de controvertida actualidad para, a partir de ellos, discutir valores sobre los que se asienta el mundo actual. Bien es verdad que en ellas la acción y la aventura, arropadas con un apabullante despliegue de medios al servicio de intrigas bien tejidas, tienen prioridad sobre la reflexión moral.

A esa idea responde igualmente su último título, Matar para vivir: una abrumadora novela policíaca que ofrece a sus lectores no sólo un relato minucioso, intrigante y ameno sobre las diferentes caras de la ambición y la venganza, sino también la confirmación de que en ese género Alfonso Rojo campea a sus anchas. En esta ocasión el tema está relacionado con las convulsiones sociales que provoca el terrorismo, y con las discusiones éticas y las actuaciones morales que le responden. Y de nuevo su experiencia periodística suministra datos y enfoques.

Su argumento gira en torno a un protagonista, Alvaro Porta, "el inspector más brillante de la Brigada Antiterrorista", pero otros dos nombres figuran en primer plano: Bárbara Brisa, una periodista que en el momento en que se desata la acción se ocupa de un reportaje sobre las víctimas del terrorismo y que se confiesa decepcionada por el "cruce de intereses que oprimen" su profesión, y don Ubaldo Sarmiento, un misterioso anciano que hará su aparición cuando, diez años más tarde de los sucesos que desatan "el infortunio" del policía, le proponga que salde cuentas con un pasado que él no ha podido vengar.

él es una de las grandes incógnitas que registra una trama que acaba por reunir a los tres y que arrranca de manera casual, en Madrid, a las puertas del Santiago Bernabeu, ante cámaras de televisión que registran la salida de una final de la Copa del Rey. Pues casualidad fue que Porta, hombre de acción y de riesgos, nada aficionado al fútbol, por otra parte, sino a la lectura y a escribir novelas históricas de éxito, encendiera esa tarde la tele y reconociera en el graderío a un perseguido terrorista del comando "Capital". Lo es que asumiera la imprudencia de ir tras él sin medir las consecuencias y que le disparara ante una cámara que mostró en directo su actuación. Eso le costó el puesto y le condujo al retiro anticipado, situación que aprovechó para dedicarse al turismo rural y vivir refugiado en sus aficiones. Hasta que apareció don Ubaldo con esa misteriosa propuesta que no tardó en aceptar, tentado por la cuantiosa recompensa y cegado por su afán de afrontar el reto de ¿matar para vivir?, de volver a vivir al límite planeando las líneas maestras de una operación que signifique su venganza contra la violencia.