Image: Hotel Almirante

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Novela

Hotel Almirante

Marta Rivera de la Cruz

15 mayo, 2002 02:00

Marta Rivera de la Cruz. Foto: Mercedes Rodríguez

Espasa. Madrid, 2002. 240 páginas,18’50 euros

Con tres novelas publicadas Marta Rivera de la Cruz (Lugo, 1970) ha ido creando el espacio imaginario de Ribanova, ciudad gallega construida a partir de su Lugo natal. Las dos primeras son complementarias. Pues en Que veinte años no es nada (1998) Ribanova es un lugar aislado que unos toman como refugio y otros sienten como recinto amurallado desde el cual se puede soñar el mundo.

En cambio Linus Daff, inventor de historias (2000) desarrolla una historia cosmopolita en su profusión de invenciones y aventuras por europa y América, con Ribanova como rincón añorado y alejado en el noroeste español.

Hotel Almirante recupera la memoria de la ciudad a través de las peripecias de las mujeres de una familia a lo largo de tres generaciones. Tana Leal es la fundadora del paraíso gastronómico de Casa Leal. Con sus tres hijas, expertas cocineras, puso en marcha en los años 20 el Hotel Almirante, cuyo éxito se funda en las delicias de su restaurante. Y su nieta, Rosalía, dirige con mano segura el negocio familiar en la posguerra. El hotel y su restaurante constituyen el foco espacial en el que convergen las relaciones sociales de la ciudad, que antes pasaban por el comedor de Casa Leal. Por estas relaciones una hija de la fundadora pudo casarse con un descendiente de los Aldao, de elevada posición social en Ribanova. Así, por herencia de la joven viuda, la familia Leal posee, en el centro de la ciudad, el palacio que ellas convierten en el Hotel Almirante. Con ello también se intensificó la hostilidad de los Aldao, que no aprobaron aquel matrimonio ni la transformación de su casona familiar en un hotel regentado por sus rivales.

El tejido social de Ribanova tiene, pues, como eje vertebrador las generaciones de estas dos familias y sus hostilidades sólo contrarrestadas por algunos encuentros. Las relaciones se amplían con bifurcaciones a otras familias, negocios e instituciones que componen el mundo social de la ciudad. Entre los personajes de Ribanova reaparecen aquí algunos conocidos por otras novelas de la autora: la orgullosa condesa Macarena Altuna, Marcial de Soto y su librería El Unicornio, y el cronista local Juan Sebastián Arroyo, anciano bonachón y venerado en su ciudad como un ser excepcional. Con estas gentes y sus problemas se configura un microcosmos provinciano en la ciudad bimilenaria cuya existencia inmóvil transcurre en su rutina amurallada al margen de la historia. Aunque alguna vez se sienten los coletazos del mundo exterior, en este caso por las incidencias producidas por la Guerra Civil en las familias de Ribanova.

Esta recreación del mundo social de Ribanova potencia su intriga por medio de la adopción del esquema de novela negra. El presente narrativo se sitúa en diciembre de 1944, cuando en el Hotel Almirante aparece el cadáver de una mujer joven y hermosa. La investigación de esta muerte a partir de las escasas pistas que dejó la suicida sirve de pretexto para recrear la historia de la ciudad desde principios del siglo XX en oportunas retrospecciones temporales. Aquí la función de la célebre magdalena proustiana descansa en el caldo gallego, entre otras maravillas culinarias elaboradas por las hermanas Leal. Habrá que corregir en el texto algunos descuidos como el uso impropio de proferir (pág. 34) en lugar de "conferir", la incorrección morfológica desandaron (pág. 120), la confusión de apellidos en el personaje de Genaro López (pág. 16) o Genaro Alcázar (pág. 179), la errónea inclusión de 1924 en "la segunda década del siglo" (pág. 166) y algunas poco afortunadas incontinencias del narrador omnisciente. Por lo demás, Hotel Almirante es una novela que se lee con gusto, está bien estructurada, ofrece una interesante recreación histórica y social, incluso costumbrista, de la ciudad y mantiene la suspensión de la intriga desde su comienzo que cierra una historia de amor hasta su final abierto a la relación amorosa entre los últimos vástagos de las familias enfrentadas.