Shangai Baby
Wei Hui
22 mayo, 2002 02:00Desarrollado en capítulos cortos, con un estilo directo, se centra en la descripción de un triángulo amoroso. Al final de la lectura nos familiarizamos con unos personajes simples pero relativamente creíbles. Más allá de estas características, estamos ante la historia de la escritura de una novela. Desde este punto de vista no queda más remedio que hablar de una obra con pretensiones metaliterarias. En Shanghai Baby no ocurre nada, más que el hecho, demasiado explícito para ser interesante, de que el narrador-personaje está escribiendo una novela. Shanghai-Baby se convierte en una novela estanco: su principal defecto sería la falta de acción o, mejor, la inanidad y el infantilismo con la que está planteada.
En lo que tiene de novela de costumbres, Shanghai Baby podría ser quizá una obra a la medida de nuestro tiempo y obtener de ahí su valor de documento, por deprimente que sea, de una cultura americanizada que ha conseguido implantarse a escala planetaria. Avanzando por sus casi 300 páginas, atendiendo a semejante mal gusto, he recordado la redacción de esos folletos de propaganda turística en los que lo vulgar se enfatiza hasta la náusea.