Novela

La última vida

Claire Messud

19 junio, 2002 02:00

Espasa, 2002. Trad. C. Mimiaga. 395 págs. 17"9 euros

Las geografías del desencanto marcan la trayectoria vital de los seres que sufren el desarraigo de una cultura, de una tierra, que hacen de esta novela una clara metáfora de la emigración.

Nacida en 1966 en Estados Unidos, Claire Messud fue finalista del Premio Pen-Faulkner con una ópera prima no traducida al castellano, aunque ha sido La última vida la narración que le ha dado un considerable prestigio en su país. En estos tiempos de crisis de identidades, de nacionalismos exacerbados, de integrismos religiosos, esta narración plantea una acertada reflexión sobre la importancia de la historia familiar, es decir, la intrahistoria de los pueblos, para poder llegar a ser en un mundo lleno de intolerancia. La protagonista, una joven adolescente que narra en primera persona cómo se desmoronan las estructuras tan férreas que han marcado su vida, tras unos sucesos no exentos de dramatismo: una noche, su abuelo dispara a un grupo de jóvenes entre los que está ella misma.

El mundo de las apariencias figura como una de las claves para indagar lo que es ella misma, la telaraña de mentiras cotidianas que explican una familia, la suya, que sobrevive al choque cultural, a la enfermedad de su hermano pequeño, a los secretos celosamente guardados. Sagesse Lavase se convierte así en una joven heroína, en la tradición de la novela clásica, donde el sufrimiento le ayuda a ser más sabia, o al menos a encontrar otros sueños en los que pueda sustentarse la vida que quiere elegir.