Image: Liberación

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Novela

Liberación

Luis Goytisolo

20 marzo, 2003 01:00

Luis Goytisolo. Foto: M.R.

Alfaguara. Madrid, 2003. 236 páginas, 16’50 euros

La última novela de Luis Goytisolo contiene algunos de los componentes fundamentales de la narrativa del autor barcelonés. Por un lado, en su contenido, revela un deseo de conocimiento del ser humano en diferentes aspectos como son las relaciones de pareja, el sexo y la memoria del pasado que condiciona el presente, desde la Guerra Civil hasta nuestros días.

Por otro lado, su composición narrativa presenta una visión fragmentada de la vida, con varias historias que acaban por ser parte del mismo conjunto completado al final y con la necesaria inclusión de la literatura como algo necesario en la vida, tanto en el proceso de la escritura como en el de la lectura, en un texto que se alarga en profundidad con varios narradores y un relato protagonizado por el emperador romano Marco Aurelio.

La trama de la novela va desarrollando una progresiva liberación -a eso también alude el título- de sentimientos y de relaciones entre los personajes principales y de cada uno consigo mismo. Dos antiguos compañeros de colegio vuelven a encontrarse en el territorio catalán de Vallfranca. Ricardo es un arquitecto cada vez más interesado en la escritura y Carlos ha reformado una casa de campo para dedicarla a hotel. Allí pasan unos días, reunidos con sus respectivas parejas, entre las tensiones derivadas de matrimonios con escaso entendimiento. Ricardo deja unos fragmentos de un diario en el que se refiere al relato de Marco Aurelio que él mismo escribió. Su hija y su segunda mujer descubren el diario y el relato, que se incluye en el centro justo de la novela, en su parte quinta.

Y como en algunas novelas de nuestra tradición más arraigada, desde Cervantes hasta Unamuno y el propio Luis Goytisolo de Antagonía, este relato segundo protagonizado por Marco Aurelio y narrado por él mismo, contribuye a esclarecer el sentido de las vidas del relato primero. Pues la narración interpolada nos presenta al emperador romano en sus meses de retiro entregado al amor con una antigua amiga, viudos ambos ahora, gozadores de una efímera relación antes de que Marco Aurelio se vea obligado a partir para defender las tierras del Danubio frente al ataque de los bárbaros. Su relato está escrito al lado de Livia y a orillas del Danubio. Ha nacido, pues, del amor, de la energía generada en dicha situación. Pero el deber dificulta su continuación, tanto de la relación amorosa establecida como de la ampliación de estas Meditaciones, tal vez incompletas.

El amor, el sexo y las relaciones de pareja frente al paso del tiempo que lleva a la reflexión sobre la vida y la muerte configuran el núcleo temático de la narración interpolada y de toda la novela. Varios personajes afrontan la muerte, alguno por suicidio. Algunos se refugian en la literatura, bien a través de la escritura, bien por vía de la lectura, como algo necesario en la vida, como única garantía de supervivencia. Pues, como explica Marco Aurelio en sus Meditaciones, "El modelo, para todos, ha sido Alejandro. Hoy no queda nada de su imperio o, si se prefiere, lo que ha quedado nada tiene que ver con lo que él se había propuesto. Hoy Alejandro es una figura literaria y su vida resultaría igualmente ejemplar si cuanto hizo fuera sólo el argumento de la obra" (pág. 130). Por eso la novela termina con una poética descripción de la quietud y belleza del paisaje, lo único que perdura en un territorio donde ha habido sobrados episodios de violencia, crueldad y muerte desde su ocupación (y posterior "liberación") en la Guerra Civil hasta el miedo y los peligros generados por pandillas de moteros en la actualidad.

Algunas de estas consideraciones dan a la novela un carácter meditativo, psicológico, elegíaco y, a veces, incluso metanarrativo. Pues se impone un afán por descubrir aspectos desconocidos de uno mismo. Y el texto, de impecable factura clásica en la que se integra la elaborada jerga de los moteros, se ordena, como dice Ricardo en sus diarios, en "círculos concéntricos de un mismo asunto: la relación con el entorno, la relación con los otros, la relación con uno mismo" (pág. 88).