Grillo
José Machado
15 enero, 2004 01:00¿Es la historia de ese tiempo, de esa espera, de las preguntas que suscita la vida aprehendida durante esos años, de los miedos que despierta afrontar un nuevo reto? De alguna manera sí. De hecho no es coincidencia que el protagonista sea un escritor de casi treinta años marcado por similares haberes: el éxito de un logro temprano, las paradojas de su adicción a la literatura, una espiral inacabable de miedos. Y un deber inexcusable: el de otra novela "por hacer". Tampoco es casual que los dos "tiendan a pensar la vida como una ficción. En suma, que para ambos el espacio de la literatura representa la posibilidad de conciliar las contradicciones vitales de quien escribe.
Fuera de esas pretendidas coincidencias el resto es mera ficción y, como tal, se sirve de recursos que la rescatan de caer en un argumento más sobre el periplo de un joven que desciende a los infiernos para ascender hasta sí mismo. Nos referimos al humor ácido que rodea la exposición de sus peripecias, a un discurso que, descansando sobre el artificio de una única voz, la de ese joven a quien todos conocen como "Grillo", logra mantener alerta al lector los tres tiempos en los que reparte su historia.
No obstante ese tono monocorde a veces resulta excesivo, absorbente y ensimismado, adjetivos que a su vez caracterizan el estado en el que se encuentra ese personaje logrado que no puede parar hasta recuperar la distancia que recorrió desde el que era hasta el que, sin querer, es. No es poco lo que ofrece esta segunda baza narrativa: salda una deuda, pero contrae otra: invita a esperar más.