Image: María de Molina

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Novela

María de Molina

Almudena de Arteaga

3 junio, 2004 02:00

Almudena de Arteaga. Foto: Antonio Heredia

Premio Alfonso X de novela histórica.Martínez Roca. madrid, 2004. 328 págs, 20 euros

Desde la princesa de éboli hasta María de Molina otras mujeres de la Historia de España (entre ellas la emperatriz Eugenia de Montijo, Juana la Beltraneja, Agustina de Aragón) han acaparado la atención de Almudena de Arteaga.

Arteaga es de sobra conocida por numerosos lectores, además de por el riguroso conocimiento del mundo social con el que da relieve a las peripecias de sus protagonistas, por su habilidad para re-crear sus vidas sin que la invención lógica en esta clase de lides reste verosimilitud a lo que fueron las intrigas e inquietudes de otro tiempo. En realidad su intención la resume con exactitud el premio de Novela Histórica Alfonso X El Sabio del que ha sido merecedora esta última novela: "promover la creación y divulgación de aquellas novelas que ayuden al lector a profundizar en el conocimiento de la historia y en el entendimiento de la realidad contemporánea que de ella deriva" .

Mérito este que dignifica sus invenciones; conviene, quizá, matizar que más que novelar la Historia, que describe con puntualidad y rigor, novela la vida del personaje, su historia. Pone voz a episodios que de otra manera quedarían silenciados, a la Reconquista, a los enfrentamientos por el poder entre los descendientes de Alfonso X, y a los "tiempos prietos y difíciles" que acotaron el reinado de Sancho IV de Castilla durante su matrimonio con María de Molina. Arranca la acción con el discutido enlace entre tía y sobrino, y con la repulsa del Papa y de supadre, Alfonso el Sabio; este asunto mantiene el eje de una ficción centrada en la historia personal y familiar de la mujer, en su anhelada espera de esa bula papal que legitimara su situación y la de sus hijos.

Lo cuenta ella, María de Molina, por tanto es su versión la que impera y su tono el que manda, el que realza sus valores y evidencia los rasgos de esa personalidad escogida para ilustrar con ficción la épica de aquel tiempo.

Así, se nos presenta a lo largo de la novela como madre, reina y consejera, valiente y decidida, leal y generosa, toda su vida al servicio de su otra obsesión: la paz del reino. Su matrimonio vive el asedio de los males de su tiempo, las intrigas de la corte, la tutela de sus hijos. Una vida larga, una personalidad controvertida, comprometida, sesgada por la versión que da de sí misma. Esa es la mayor debilidad del relato. Su fuerza está en la documentación que lo alimenta, en la recreación histórica que domina el conjunto, coronado por una bibliografía específica y una sección, "Dramatis personae", que completa esta lección respondiendo a quién es quién en esta historia.